Pepe Escobar en ASIA TIMES y THE SAKER ofrece un artículo con un "Espléndido título que refleja bien lo que es el G7", como dice Federico Aguilera Klink, que lo recomienda. Y lo que yo, Chema Tante, agrego es que aquí tenemos otra muestra de como la comunicación en todo el planeta se monta sobre mentiras. Las reuniones del G/ no son nada, son siete machangos cada vez con menos influencia, que largan fastuosas e ilusionantes propuestas, no vinculante, para mayor cinismo, que ni piensan cumplir ni se creen. Pero se atreven a pedir a los demás el respeto a los Derechos Humanos que a ellos les preocupan poco. Y Aguilera Klink recupera un texto que publicara Alejandro Ruiz de Miguel en 2014, sobre el desprecio de USA y de la UE hacia la defensa de los derechos humanos. Desde entonces, mengua la influencia, pero se mantiene la ausencias de dignidad.

Francisco Morote, de Attac Canarias se endosa el chaleco amarillo y nos propone tres sabrosos textos sobre las movilizaciones gilets jaunes francesas. "Sobre chalecos amarillos y piedras", por Maciek Wiśniewski  en LA JORNADA -  "El chaleco amarillo inspira", en La Vanguardia  - "Francia: los ´chalecos amarillos´ se manifestarán por séptimo sábado consecutivo", en France 24. "Algo realmente está pasando" yo, Chema Tante, también enchalecado de amarillo, hago mías las palabras de Maciek Wiśniewski, que explica cuánto Macron y los malditos austeritarismos neoliberales se han buscado la tempestad de piedras que están soportando. Es que el chaleco amarillo se extiende por el mundo, como informa LA VANGUARDIA, aunque los resignados pueblos del estado español, excepción hecha de la gallardía de las y los puretas pensionistas -que premonitoriamente también se vistieron de amarillo desde el inicio de sus acciones, no terminan de asumir la necesidad de la movilización. Mientras tanto, este 31 de diciembre, los chalecos amarillos terminarán el años haciéndole foooos a Chacron y a todo el maldito neoliberalismo que campa por el mundo.