Crónica de Omar Olivares que señala Francisco Morote, de ATTAC Canarias, glosando declaraciones de Carlos Bedoya, coordinador de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd).  Y una verdad estruendosa. Que los sistemas fiscales aplicados en los estados están montados perversamente para favorecer a la gente de arriba, cargando todo el peso sobre la gente de abajo y sobre el consumo. Unos sistemas que favorecen la evasión y el lavado que perpetran bancos y agencias que promueven y asisten el delito. Una realidad, n o solamente perversa, sino suicida, porque al ritmo en que se están produciendo los hechos, el colapso de las economias de los estados y de la economía global es inminente. Pero, claro, es que la reforma universal de estos sistemas y la anulación de las guaridas antiimpuestos tienen que ser tarea de los gobiernos, ocupados casi sin excepción por la misma gente que se beneficia tan temerariamente de la locura. Por tanto, esas acciones solamente son viables si se cambian los gobiernos y se instala el criterio del progreso. Cono queríanos demostrar.

David Torres, en PÚBLICO, comenta la ya conocida pero siempre repugnante realidad de que la banca privada, con el granuja Banco de Santander a la cabeza, ofrece a sus clientes una plataforma para delinquir y para acopiar el producto de sus canalladas. El texto lo señala Antonio Aguado. Y Torres no desaprovecha la oportunidad de recordar la maldad de quienes tienen las responsabilidad de perseguir los delitos en este estado, que se ensañan con la gente débil en tanto que toleran las mayúsculas trastadas de las personsa y empresas ricas.