Alexis Romero en PÚBLICO hace una revisión de los temas pendientes no cumplidos del pacto con Unidas que permitió al PsoE.  Y yo, Chema Tante, digo que Reforma laboral, salario mínimo y ley de vivienda son importantes, pero ni mucho menos los únicos importantes. Ni siquiera los que más lo son. En mi opinión, la banca pública, la renacionalización de la generación energética, la disciplina fiscal con impuestos a fortunas y grandes empresas, el control laboral, y algo tan elemental como que, hasta que se consiga la Renta Básica Universal Incondicional, al menos se pague como es debido a quien le corresponda un Ingreso que es Mínimo y es vital, todo esto, debe ser abordado y solucionado con urgencia. Pero no lo será, vean lo que les digo. Sánchez sigue con su hoja de ruta, auqneu se le ha complicado un pizco el plan, porque Unidas Podemos está aguantando más de o previsto. Pero Unidas Podemos, en boca de Yolanda Díaz, ha puesto plazo hasta fin de año. Y Sánchez vera cumpliodo su objetivo: que Unidas Podemos se largue y entonces, con o sin adelante de elecciones, Sánchez tendrá las manos libres para sus acuerdos más o menos subterráneos con el PP y de esa manera, gestionar sin testigos molestos los fondos europeos con que se aprietan todavía más las cadenas a los pueblos del estado español.

Un muy clarito texto de Lourdes Velasco, servido por EFE y que difunde NUEVA TRIBUNA  sobre el inexplicable espectáculo de la pugna entre un partido que reclama que se cumpla lo pactado y otro que se niega. Y lo comenta Chema Tante

Ya no es ni siquiera noticia destacada. Acaba de terminar en Varsovia la Convención de Naciones Unidas sobre el clima de este años, con el único acuerdo de que no habrá acuerdo. Al menos, hasta el 2015, cuando se supone que las naciones comprometidas asumiran los niveles de emisión contaminante que aceptarán cumplir. ES decir, mucho palabrerío vacío que certifica una vez más que el CO2 seguirá sin freno. Es lo que refleja con maestría la viñeta de Petar Pismestrovic que publica KLEINE ZEITUNG de Gratz. Y vean cuánta razón asiste a Amy Goodman cuando afirma que todo se debe al tremendo poder de las empresas sobre los gobiernos. O, digo yo, lo que es lo mismo, el poder del dinero sobre el derecho y sobre el sentido común.