Yo, Chema Tante, estoy convencido de que el caso de Juan Francisco Rosa en Lanzarote es un paradigma de lo que ha pasado en Canarias estos últimos lustros. El arrejuntamiento obsceno de ciertas personas empresarias con la Corrupción Canalla, bajo la mirada cómplice de los partidos mal llamados socialista y obrero y popular. Ojo, que paradigma no significa excepción, todo lo contrario. Lo que hizo Rosa en tierras conejeras se ha repetido por todas las geografías isleñas. Unos sollajos empresariales que pensaron y piensan que las islas son suyas en exclusiva, que no tienen nada que responder ante el resto de la gente canaria, presente y futura. Y con la colaboración de esa piara de periodistas venales que han hecho de la comunicación una finca productiva. mintiendo, tergiversando, maldiciendo todo lo que haga falta en provecho de sus clientes. Ahí están, la bodega Stratus y el Hotel Los Fariones, como monumentos intocables de la arrogancia de una gentuallo que se lucra con el patrimonio natural colectivo. Y lo repetiré: por bueno que sea el vino; por lujoso y visionario que sea el hotel, esto no le otorga el derecho a nadie de arramblar con territorios y materiales naturales que no pertenecen. Vean lo que dice Ezequiel Navío. A la gente normal se le cruje y prohíbe cualquier movimiento, pero a las granujadas empresariales amigas se les consiente todo. Federico Aguilera Klink señala este reportaje en el que Natalia G. Vargas relata en EL DIARIO LANZAROTE AHORA las hazañas del pirata conejero Juan Francisco Rosa, que ahora se las tiene de nuevo con la Justicia. Aunque, visto lo visto hasta ahora. Ahí está, incólume el hotel, a Rosa le trae al fresco lo que diga la Justicia.
Según la noticia que se ha publicado estos días en varios medios de comunicación: “La bodega El Grifo y 7 otras solicitaron del Gobierno Canario permiso para instalar una depuradora en cada una de ellas”.
La FAO recomienda un autoabastecimiento del 40 por ciento y Gran Canaria apenas alcanza el 10 por ciento
Fernando Sabaté, portavoz de Sí se puede en Tenerife, asegura que los datos referidos a la importación de millones de litros de vino de Castilla La Mancha por parte de la bodega insular, propiedad del Cabildo, para venderlo como vino de mesa de las Islas en las zonas turísticas es de una gravedad que “consideramos necesario reclamar la responsabilidad política de los autores”.