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viernes, 19 de abril de 2024 10:24h.
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Sociedad

La lista de los 33.293 ahogados que buscaban el Paraíso (Juan García Luján)

 

LA LISTA LOS INVISIBLES DE KOLDA

juan garcía luján 100Su SOMOS NADIE ya no merece la atención de Juan García Luján más que en momentos importantes. Y vaya si este lo es. No es una noticia de un día. Más bien, es una noticia de ningún día, cuando debería serlo de todos. De todos los días, porque no pasa uno sin que ocurra una desgracia en los mares que son frontera sur de esta Europa con que tanto se llenan la boca ciertos tunantes. Esta Europa sí, la de ustedes y la mía, que es culpable directa de una auténtica matanza de seres humanos, que se ahogan en el Mediterráneo y en el Atlántico, arrente a Canarias. Mujeres y hombres que mueren cuando demandan su derecho más elemental; el de la vida. Esta Europa, la de ustedes y la mía, que niega el amparo, el asilo, y hasta el auxilio que las leyes exigen a la vida humana en la mar. García Luján se apoya en un artículo en DER TAGESSSPIEGEL que publica la lista de las 33.903 personas ahogadas en los últimos años.intentando llegar a Europa. Dice que en la lista faltan muchos nombres, porque muchas de las víctimas no pudieron identificarse. Y yo, Chema Tante, digo también que faltan muchas más. Porque no es posible saber la cantidad de embarcaciones que se han ido a pique, con mucha gente desgraciada a bordo, sin que nadie se haya enterado. Juan García Luján aprovecha para recordar el libro insigne “Los invisibles de Kolda”, que escribiera Pepe Naranjo con la colaboración de Magec Montesdeoca. Algunos escasos intrépidos intentos de golpear las conciencias impasibles europeas, las de tanta gente que solamente mira a Europa para ver qué provecho pueden sacarle a un proyecto que ha enterrado todos los ideales de solidaridad -dentro y fuera- con que naciera. Vergüenza de Europa.

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Política

Ahí tienen lo que buscaban, peperos y peperas: 2.500 estudiantes de la ULL han colgado los libros

Multipliquen esa cifra de 2.500 proporcionalmente por el número de centros universitarios, y tendrán una idea aproximada de la magnitud del desastre impulsado por la maldad pepera. Detrás de todas sus proclamas, sus protestas de que defienden la excelencia y el rigor, la derecha brutal oculta sus auténticos propósitos: que no pueda estudiar más que la gente de su clase. Querían -y lo están haciendo- acabar con esa que ellos consideran aberración de que haya economistas rojeras, juristas que defienden a trabajadores y trabajadoras, médicos y médicas que quieran trabajar solamente en la sanidad pública, sin mercantilizar la sanidad profesionales, en fín, que tengan algo más que el dinero como lubricante de sus vocaciones... Eso no podía ser, esa extravagancia no la podía permitir la derecha, defensora de los de arriba.