Antonio Aguado llama la atención sobre este destacable análisis de la situación de M. Rajoy, que hce Fernando López Agudín en PÚBLICO. Lo que sí cabe decir, y yo, Chema Tante, lo digo, es que la capacidad de aguante de M. Rajoy es legendaria. Pero tiene una sencilla explicación. M. Rajoy sabe que pescuezo estará expuesto a la acción de la justicia, en el punto y momento en que pierda su alta posición. Lo que ocurre, también, es que, si, encima, se pone enfrente de la Judicatura, corre el riesgo de al fin algún juez le mida las costuras.

Rafael Juan Rodríguez Marrero publica en su sitio JOROBANDO  tres notables artículos, tres, sobre la fogalera catalana en  relación con esos tres ítems que cito en el titular. Son tres, pero su concisión hace fluída e instructiva su lectura. Y la conclusión de esa lectura es obvia. El sistema que legara el franquismo para perpetuar su hegemonía en la política de este estado parece estar llegando a su fin. Y, en buena parte, gracias al ímpetu de las movilizaciones catalanas.

Catalá y Antona, allá y acá, la misma caradura

Desde que perpetraron su horror original, denominarse "populares" cuando nacieron para mantener en alto el propósito de sus abuelos franquistas de fastidiar al pueblo todo lo que haya menester, esta horda inecente no deja de afrentar nuestro más esencial sentido de la vergüenza ajena.

El ministro Catalá: "Podemos tiene cercanías con el movimiento terrorista etarra". Pienso que es fácil conocer el grado de inteligencia de una persona pública, a partir de las declaraciones que hace. Y, desde luego, este ministro ppero Catalá hace honor al dicho que asegura la imposibilidad de ser de derechas, buena persona e inteligente, a la vez. Que Catalá es un bobo de solemnidad, se detecta, por la estupidez de las cosas que dice. Ahora, comprobamos que también es un miserable donde los haya. Claro. Es que Catalá es uno de los tipos del partido llamado popular que más tienen que temer a la posible presencia de Podemos en el gobierno del estado español.

Pide al ministro de Justicia que deje  de mentir sobre la privatización del registro civil