Cuéntame un cuento y verás qué contento - por Carlos Ortiz de Zárate
La actualidad de este sábado me ha hecho pensar en la canción de Celtas cortos. Te echo el cuento en boca de Rajoy, en el País Vasco y de Sánchez, en Cataluña.
La actualidad de este sábado me ha hecho pensar en la canción de Celtas cortos. Te echo el cuento en boca de Rajoy, en el País Vasco y de Sánchez, en Cataluña.
Román Rodríguez avanza que el techo de gasto estará por debajo de los ingresos de la comunidad y que los nuevos recortes del Gobierno estatal afectarán a Canarias
Me pasó esta mañana y así, fresquito, lo voy a contar. Venía yo, calle Nicolás Estévanez p’abajo, con la intención de sentarme un rato en el Parque de Santa Catalina y estar cerca de lo de los Hermanos García, donde había quedado a la una pa’comer con mi amigo Toño Santos y hablar de un cáncamo que quería que le hiciera en el patio de su casa de Jinamar cuando, al llegar al cruce con Fernando Guanarteme, allí donde CICAR, me encontré a Juan “Gufo”.
Federico Aguilera Klink recomienda este esclarecedor artículo del profesor universitario británico Andre Spicer en SIN PERMISO, en traducción de Lucas Antón. Spicer se refiere a la situación educativa universitaria en Gran Bretaña, pero sus argumentos son válidos y aplicables en este estado español, aquejado de un mal similar. La distorsión del auténtico papel de la Universidad, reducida a una mera función empresarial de expendeción de títulos, con la mira exclusiva de la empleabilidad y, como mucho, la promoción social individual. La Universidad ha perdido su cometido esencial, que es la busca y ampliación del conocimiento, por la vía de la formación de las personas para la interpretación de la realidad. Y, eso, dentro del fortalecimiento del conocimiento local, como aporte al enriquecimiento del conocimiento universal.
Hace unos meses me tropecé por casualidad con Belén Lorenzo y experimentamos la alegría del encuentro del misterio de la escritura. Me contó que había publicado su primer libro.
Cuando Nicasio Suárez regresó de la Guerra de España ya tenía sus primeras dos hijas y Demetria traía una nueva cada año.
Salud amigos. Para descansar no hay nada mejor que escribir un cuento de los de verdad, no de los que cotidianamente nos oferta la jurria pública. Aquí va el de hoy
El Gobierno, del Partido Popular, no ha hecho más que contarnos milongas;