Los sindicatos participan en una marcha que partirá del Hotel Arona hasta el Centro Cultural de Los Cristianos
Señala Francisco Morote, de ATTAC Canarias, este oportuno artículo de Alejandro Inurrieta en VOZ PÓPULI y en KAOS EN LA RED. Oportuno, por la cercanía del 8 de marzo, pero sin que ello pueda hacer olvidar que la gravedad del problema laboral, de las Kellys y de muchísimas mujeres, sigue presente todos y cada uno de los días del año. Era así ya antes, pero ahora, con la fementida reforma laboral la cuestión es peor, Porque esta reforma ha dejado a mercer de la crueldad codiciosa de las empresas a todos los colectivos laborales débiles. Y el de la mujer es doblemente débil. Por el,abuso en el trabajo y en el machismo. Y yo, Chema Tante, recuerdo también que esta denuncia de Inurrieta se potencia fuertemente en el caso de Canarias, donde la fortaleza de la actividad turística está en el primer lugar del estado y, brutal, pero explicable paradoja, el deterioro y precariedad del empleo, los bajos salarios, la miseria y el costo de la vida, están tambien en la cabeza. Explicable, digo, porque la causa no es otra que la voracidad empresarial y la ceguera politica.
En septiembre de 2013, en un discurso en el Foro Bruno Kreisky en Viena, Alexis Tsipras pronunció esta frase: “Hoy, los fundamentos de Europa están amenazados por una peligrosa bomba de relojería social y política. Una bomba de relojería que podemos y debemos desactivar”. Sus palabras, en la antigua casa del dirigente socialdemócrata austriaco, reflejaban a la perfección la impotencia ante el deseo de transformar la Unión Europea.
Biram Dah Abeid, líder antiesclavista mauritano, presidente de IRA-Mauritanie (Iniciativa por el resurgimiento del movimiento Abolicionista), Premio de Naciones Unidas 2013 y candidato que quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales de junio de 2014 está encarcelado en Mauritania. Únete a la petición de su liberación.
En EL DIARIO FÉNIX, Alberto Vila nos recuerda que la agresión del neoliberalismo no se limita a los países europeos. Que la maldad de las grandes empresas, que condena al paro y la miseria a grandes masas en los pueblos del mundo desarrollado, somete directamente a la esclavitud laboral a muchos otros pueblos, por todo el planeta, con especial saña en el trabajo infantil.