El urbanismo, en sus múltiples facetas, siempre ha sido un territorio donde el poder constituido alcanza su máxima expresión. La confluencia de intereses diversos, muchos de ellos coincidentes, con la necesaria acumulación de capitales, hacen de este ámbito una encrucijada altamente sensible.
Ya sabe Alfonso González Jerez que cuando no me gusta lo que dice (cómo lo dice, suele gustarme siempre) se lo hago saber con contundencia que el hombre encaja con nobleza. Pero, amigo, las veces que no son pocas tampoco en que concuerto con el texto alfonsiano, tengp mucho gusto en reconocerlo. Y esta es una ocasión singular. No solamente porque el artículo que publica en DIARIO DE AVISOS sale al paso de las mentiras con que se pretende justificar la contaminante actividad petrolera en aguas cercanas a Canarias, sino porque agrega al discurso colectivo un nuevo argumento tan feliz como oportuno.
En EL PLURAL, nueva intervención de Vincenç Navarro contra la falacia que relaciona bajos salarios con competitividad