Una antigua reivindicación, de la que ahora el Gobierno de Canarias tiene más necesidad que nunca, de cobrar una tasa de un euro al día a la salida del turismo extracomunitario, vuelve a tomar vida, pero en la boca de Sebastián Grisaleña, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) con la única intención de asesinar el planteamiento