Francisco Morote, de Attac Canarias, señala en SUR Y SUR, ALAINET o KAOS EN LA RED este incisivo artículo en el que Roberto Savio denuncia el ya conocido, nunca reconocido, delito universal perpetrado por esa minoría criminal que acapara la riqueza del mundo. Savio llama la atención sobre un detalle truculento. Esa riqueza crece, pero, la circulación fiduciaria, no. No se está emitiendo dinero nuevo. Por tanto, ese crecimiento de la riqueza en manos de las personas ricas viene, del despojo del resto de la población (vía robo, vía estafa, vía elusión o evasión fiscales), y del aumento de la riqueza contable, la generada por la especulación financiera y las deudas. Se trata, no solamente de una injusticia abominable, sino de una auténtica amenaza contra la estabilidad económica que terminará en una catástrofe de dimensiones terribles.
En la web de ATTAC CANARIAS, y en LA EUROPA OPACA DE LAS FINANZAS, excelente artículo de Juan Hernández Vigueras, sobre la triste historia financiera europea, en manos de las aleves manos neoliberales. Juan nos relata, apoyándose en informaciones de THE GUARDIAN, las turbias operaciones de lavado de dinero perpetradas por bancos se supone de prestigio.
Interesante y didáctico artículo de Juan Torres en NUEVA TRIBUNA y en su blog personal, que explica lo que luce inexplicable: que se paguen i ntereses por guardar el dinero. Un fenómeno anómalo que, por tanto, debería ser una excepción, pero que se está convirtiendo en costumbre. Una costumbre que evidencia la realidad. El fracaso absoluto del sistema capitalista, destrozado por la estupidez y la codicia egoísta. Existe una saturación de dinero, pero los fatuos estrategas se resisten a redistribuir el dinero. El artículo de Torres lo señala Antonio Aguado.
En OTHER NEWS, IPS NOTICIAS, ALAINET y varios otros digitales por todo el mundo, aparece este artículo de Roberto Savio, que recomienda Francisco Morote, de ATTAC Canarias comentando el cinismo asesino y suicida de los centros financieros. No hay duda de que la responsabilidad de los tremendos sufrimientos, quebrantos para la vida de cientos de millones de personas y el aumento de la desigualdad cae en exclusiva (Savio, con prudencia, dice "en buena medida") sobre las manipulaciones de la especulación financiera. Sin embargo, los culpables se empecinan en su crimen y siguen enredando el infernal ovillo, buscando codiciosamente un beneficio artificial, carente de ninguna riqueza real, sin asumir el gravísismo riesgo en que están colocando a toda la Humanidad.