Luis Portillo Pasqual del Riquelme nos trae esta información de Alfonso Lafarga en ONTRAMUTIS Una triste nota que pone en evidencia l mner en que el poder económico del régimen déspota marroquí puede hasta comprara a organizaciones que uno pensaba que eran altruistas y comprometidas. Que la gente de REPORTEROS SIN FRONTERAS de Francia abandone a sus colegas saharauis que sufren el tormento a manos marroquíes, es deleznable
EL MINUTO y NOTICIAS SAHARAUIS ofrecen una reseña de la charla que impartió Ángel Manuel Ballesteros García, organizada por REPORTEROS SIN FRONTERA
Luis Portillo Pasqual del Riquelme señala esta llamada de atención que hace Alfonso Lafarga desde CONTRAMUTIS a la denuncia de REPORTEROS SIN FRONTERAS. Marruecos, ocupante ilegal y brutal del territorio saharaui persigue a periodistas y reprime la libertad de información en el Sáhara Occidental.
El SOMOS NADIE del puntal Juan García Luján y EL DIARIO ofrecen este notable artículo con el que Antonio González Vieítez demuestra que, para Canarias, ser nación de paz es, además de un deber humanitario, una necesidad de supervivencia, social y económica. Canarias no tiene ningún futuro en un escenario de guerra y la grey canarii lo sabemos muy bien. Por eso rechazamos que nadie quiera imponernos ser plataforma bélica de agresión, llámese esa plataforma OTAN o AFRICOM o lo que sea. Y, por tanto, yo, Chema tate, proclamo que las propuestas en ese sentido , como la que acaba de formular el ridículo vociferante presidente del partido mal llamado popular son auténticas agresiones a nuestra economía y a nuestra concepción del mundo.
Porque mi nacionalismo, querida Marta, querido Daniel, no es un nacionalismo de derecha, el gritón y violento que estamos viendo en pleno desarrollo estos días; el nacionalismo en que yo creo no es excluyente, sino acogedor; no es hegemonista sino cooperador; no cree que su cultura sea su patrimonio propio, sino parte del Patrimonio Universal que cada pueblo tiene el deber de conservar y proteger en beneficio de todo el género humano. El nacionalismo que profeso no cree que ningún pueblo, ni siquiera el mío, sea mejor que el resto, sino distinto. Porque lo único a que yo aspiro es a que en mis islas, como en cualquier territorio del mundo, no mande ni decida nadie desde fuera, por encima de los interés y la voluntad de la gente de dentro.