El gobierno canario es conminado a acelerar urgentemente el proceso de vacunación de la población de las Islas - INTERSINDICAL CANARIA
Yo, Chema Tante, recomiendo esta viñeta del maestro Padylla, que refleja una vez más, desde EL DÍA y LA PROVINCIA, la realidad de esta pobre islas nuestras. Y digo que el gobierno de Ángel Víctor y Yaiza casimira, a las órdenes del comisario empresarial Julio Pérez, abre las puertas del destino turístico canario a unas manadas de chonis, procedentes de zonas de alto índice de contagio, provistas de pruebas de covid-19 negativas, caducadas. Y que, con la falsa seguridad que les otorgan esas pruebas sin valor, se dedicarán a caer en las tentaciones, beber, comer, bailar y retozar, todas las tentaciones de las actividades que la evidencia empírica han demostrado ser fuente de contagio.
Yo, Chema Tante, lo voy a decir con toda la claridad que me caracteriza. Cuando hace tres semanas leí estos dos lúcidos y argumentados artículos de Michel Jorge en su ISLAS BIENAVENTURADAS, pensé que el Gobierno de Canarias, sí, Ángel Víctor, Román, Noemí y Casimiro con su acólita Yaiza, atenderían tan sabias palabras. Pero no, veinte días más tarde, compruebo que el emperretamiento en que nada ha cambiado y que acá en Canarias lo único que hay que hacer, además de las velas a las siete patronas insulares (sí, siete, porque La Graciosa venera a La Candelaria, como Tenerife), es confiar en la suerte del irresponsable y que vendrán las masas de turistas y que ni habrá rebrote ni más problema. Porque hará falta un milagro, dado que ya se han enterado de que es imposible hacer las PCR a toda persona que asome el josico por los puertos y aeropuertos, y los quieren hacer ¡aleatoriamente!. Que Achaman nos coja confesados. Por eso grito desde este púlpito sobre el desierto para que quienes dirigen la política y las empresas en Canarias se enteren de que nos están metiendo en un cercado de tunos. Que el maldito virus sigue campando por Europa sin más contención que la separación y el aislamiento, y vendrá ineluctablemente con el turismo. Y que puede llevarse por delante a unas cuantas personas y destrozar de una vez definitiva los tejidos económicos insulares. Todo, por no querer invertir en la busca y puesta en marcha de otras actividades, y preferir estallarse los recursos en intentar resucitar a un muerto,