"Estamos vendidos", escribe con sobresalto Julián Ayala, ante esta historia que nos describe con detalle Elisa Beni en EL DIARIO. Es que la appertura de la crónica está muy puesta en razón. "Se abren las carnes" cuando se sabe que la irresponsabilidad -o la mala fe, alternativa por la que yo, Chema Tante, me inclino más- de quienes dirigen este gobierno alocado pperpo ha implantado un sistema informático en la administración de justicia que pone la descubierto todos los secretos judiciales. Una auténtica barbaridad.  Es que de fulanos como Gallardón y Catalá puede esperarse cualquier cosa.

En todos y en cada uno de los departamentos en que coaligatas y psociatas se reparten el gobierno del genuflexo Clavijo, las acciones se dilatan, se difuminan en el marasmo operativo. Menos un aspecto, que, como itsmo dorado, une a esta caterva con el dorado poder. Para la Ley del Suelo, sí hay urgencia. Pero, el resto, de la miseria, al empleo, la sanidad o la justicia, puede y tiene que esperar. Como en el caso del LEXNET, el sistema operativo que cacarearon iba a solucionar la exasperante lentitud en los proceso judiciales. De eso nada, velillos y velillas que habitamos en el feudo del genuflexo. Su preboste justiciero, Aarón Afonso ya ha dicho que, como mucho, ese sistema no operará hasta el año que entra. Y veremos que nos dicen entonces. Los detalles los narra, con espíritu de servicio, Antonio F. de la Gándara en CANARIAS 7

Cuando han transcurrido seis meses de la implantación del sistema de comunicaciones LexNet, sistema impuesto discrecionalmente desde el poder, con el pretexto de modernización de la Justicia; dicho sistema, obligatorio, se ha mostrado totalmente deficiente