"En un mundo de abundancia, nadie debería pasar hambre" Esta lapidaria y bellísima frase la ha largado el Secretario General de naciones Unidas en el acto de concesión del Premio Mundial de la Alimentación celebrado el 19 de octubre. Con eso, Ban Ki Moon no hace sino demostrar que su rimbombante cargo no tiene relevancia alguna en la práctica. Porque lo que necesitan las masas famélicas no son bellas frases, sino acciones contundentes.