Francisco Morote, de ATTAC Canarias recomienda la lectura de la Declaración de Nueva York, parida en la Cumbre sobre Personas Refugiadas y  Migrantes. Y yo, Chema Tante, declaro que en esta oportunidad, una vez más, se comprueba que no es de aplicación la exhortación bíblica "perdónales, porque no saben lo que hacen", Sí que lo saben. Los gobiernos felones firmantes de esta -en mi opinión, insultante- "Declaración de Nueva York" demuestran saber muy bien cuáles son sus deberes y cuáles son los mandatos del Derecho de Gentes y de los más elementales sentimientos humanitarios. Estas personas que han firmado tan bellísima "Declaración" asumen conscientemente que las y los seres humanos que buscan, huyendo de la violencia o del hambre, refugio en países distintos al suyo, tienen derecho al asilo, al amparo y a que se respeten su integridad física, su salud y sus condiciones de debilidad, por estado físico, género o edad. Quienes firman la Declaración se comprometen a cumplir aquello a que ya tenían obligación: a proteger a las organizaciones y gente voluntaria que rescatan y ayudan a las personas refugiadas y migrantes. Pero estos mismos gobiernos de las democracias opulentas seguirán haciendo exactamente lo contrario de lo que acaban de firmar. Seguirán manteniendo los infamantes CIES y campamentos de concentración, seguirán erigiendo muros e instalando cuchillas, seguirán expulsando, en frío o en caliente, seguirán entorpeciendo la acción de las heroicas legiones del voluntariado y, sobre todo, seguirán sin actuar sobre las causas reales y últimas de la migración y la huida: las guerras de dominación y la explotación económica que genera la miseria y el hambre. En el mismo momento en que se firmaba la humanitaria Declaración, estos gobiernos miserables bombardeaban o alentaban a hacerlo, caravanas de ayuda humanitaria y hospitales, al tiempo que siguen vendiendo armas y permitiendo que las multinacionales prosigan en su estrategia neocolonial. Saben muy bien lo que hacen, firmen lo que firmen.