Recomendado por Francisco Morote, de Attac Canarias, que aporta el antetítulo
Beatriz Torija, en 65 Y MÁS aborda otra cara de la guerra. El impacto económico en la vida diaria. Yo, Chema Tante, lo resumo así: todos los precios van a subir. Pero ojo, no tanto como efecto de esa guerra sino como consecuencia de la cruel avaricia de las empresas que aprovechan para acrecentar sus beneficios. Si algo sube uno, las empresas repercuten dos y tres o lo que haga falta.
Alicia Valero, entrevistada por Manel Riu en CRITIC, CLIMÁTICA LA MAREA y REBELIÓN, avisa, como avisa Antonio Turiel, como avisan Federico Aguilera Klink o Francisco Morote, como aviso yo, Chema Tante. La Humanidad, en especial la parte afortunada, se ha mamado ya casi todos los recursos disponibles, por culpa de esa banda desaprensiva que manda a quienes dirigen a gobiernos empresas. El desarrollismo sin freno nos lleva directamente a la escasez. Es la fábula de la cigarra y la hormiga. Hemos sido cigarras. Y si no nos convertimos en hormigas, perecemos.
Carlos Sánchez Mato en PÚBLICO se ocupa de la estafa energética. Lo señala Federico Aguilera Klink. Y yo, Chema Tante, digo que lo que cuenta el profesor es algo tan obvio que solamente el neoliberalismo que nos gobierna en nombre y al servicio de la oligarquía se empeña en no verlo. La estafa energética puede frenarse. Que paguemos toda la electricidad al precio de su componente más caro, es una atrocidad. Es preciso que el estado intervenga inmediatamente los precios de la energía, primero y que recupere el sector, después.
Walter C. Medina en NUEVA TRIBUNA denuncia otro caso de la cerril ausencia de responsabilidad neoliberal. Y yo, Chema Tante, coincido: en estas condiciones de brutal crisis sanitaria, social y económica, celebrar un campeonato de fútbol es un a cacheta a la gente