Plasencia, delincuente, amo y señor de Canarias, por la desgracia de la coalición empresaria
Clarito informe de Carlos Sosa en EL DIARIO CANARIAS AHORA sobre otro de los escandalosos timos especulativos en que son especialistas estos partidos que tenemos que sufrir en el gobierno de Canarias, con la coalición empresaria en papel protagónico. Sosa toma como referencia la estafa pública que intentío hacer Soria con Bittini en el asunto Tebeto. Una estafa que no llegó a cristalizar -esto no lo dice Sosa- únicamente porque en aquellos momentos acababa de estallar la llamada crisis, que desinfló notablemente las posibilidades financieras del erario canario. Lo de Tebeto no lo pudo hacer Soria, porque llegó tarde y en ese momento no había dinero. De otra manera, a Paulino le hubiera dado lo mismo. Sin embargo, yo, Chema Tante, proclamo que esto de ahora, del genuflexo Soria y el bruselés Alonso con los barrancos jurados de Güimar, es más grave -si cabe- que lo de Tebeto. No solamente este gentuallo pretende que sea el presupuesto canario quien pague el desaguisado de los granujas empresarios. Además, para que no quede barbaridad por perpetrar, le van a meter más cemento a la estupidez del turismo masivo cementero, con esa urbanización turística, que solamente servirá para empujar hacia abajo los precios del destino canario. No quieren reponer el suelo herido, para recuperar la vital actividad agraria y ganadera, sino sepultarlo en más hormigón. Y, por encima de todo, la comprobación infamante de que en estas islas desafortunadas, quien manda es la horda que comanda Antonio Plasencia, delincuente convicto y confeso que no pisa una prisión ni paga un cémtimo de lo que ha saqueado. Al delincuente Antonio Plasencia toda la coalición empresaria se conjura para mantenerle sus negocios. Ahí están los barrancos de Güimar, ahí está el fraude espantoso de Las Teresitas, ahí está, ahí está, ahí está, erguido contra toda sentencia, el Mamotreto. La coalición empresaria protege y compensa al empresario Plasencia, delincuente a quien tanto quiere, y a quien tanto debe...
Ahora que se cumple un año de su publicación en NUEVA TRIBUNA, me parece oportuno repescar este texto en el Walter C. Medina ejerce lo que yo considero uno de los buenos servicios a la sociedad que se pueden prestar: desenmascarar a los arrogantes que defienden el neoliberalismo. Una especie de la que Vargas Llosa es un ejemplar destacado.
En NUEVA TRIBUNA, al hilo de otra de las movilizaciones de colectivos negros en USA, Walter C. Medina publica un artículo apoyándose en el conocido "Estúpidos hombres blancos", de Michel Moore. El tema: la insufrible arrogancia de las personas blancas, que sigue despreciando al resto de razas. La discriminación racial y las tropelias blancas no han cesado. Y yo no dejaré de recordar que esta historia del hegemonismo blanco -europeo- empezó por Canarias, allá por el siglo XIV.
