Desde NUEVA TRIBUNA, Walter C. Medina comenta con ironía las angustias del gobierno Macri, que teme que la contestación en las calles a la celebración del G20 desmienta la falsa imagen de estabilidad que pretende dar. Todo indica que la gente argentina aprovechará la presencia de los capos mafiosos de las finanzas y los gobiernos felones en ese G20, para hacer ver la realidad social que ha generado el neoliberalismo radical de macri y su banda.
José Santana Florido 'Pollo Florido' luchador del Adargoma, que al ser arrojado por la Sima de Jinámar (Gran Canaria) en 1.936, arrastró a uno de sus verdugos al fondo del agujero volcánico, lugar y símbolo de la resistencia antifascista, donde fueron tirados/as salvajemente, a bayoneta calada, cientos de republicanos/as por los franquistas.
En CANARIAS 7, Ignacio S. Acedo entrevista al Pollo de la Barranquera, bregador por la Lucha Canaria en Cuba. Y nos explica este puntal cómo trata -mejor dicho, maltrata- a la lucha la oficina de Paulino, llamada Casa de Canarias en Cuba.
Dilma dice que va a consultar al pueblo. Pero no ha dicho qué piensa hacer con la respuesta que le dé el pueblo. En Brasil se ha armado una fogalera de mucho cuidado. Tan bonito como parecía el cuento que nos había hecho. Pero ahora se descubre que por allá ocurre lo mismo que nos anuncian por acá. El progeso virtual, el crecimiento del pollo estadístico. Y debáimos haberlo sospechado, cuando escuchábamos los elogios del capital y la tecnocracia hacia "la visión realista" de Lula. Lo de Brasil es lo mismo que está ocurriendo en el estado español: Hay más ricos que son más ricos, y crecen las diferencias entre ricos y pobres.
"Corría el año setenta y cinco cuando atracamos en Santa Cruz camino de La Palma y nos topamos con el bar Imperial. Allí descubrimos algo inaudito: el bocadillo de pollo. Imposible, pensamos. ¿Cómo puede haber bocadillos de pollo? Hasta ese momento nuestros bocadillos eran de queso y conserva, mantequilla, o mortadela en los cumpleaños. Tanto nos gustó que nos compramos cuatro por cabeza para proseguir el viaje en los Santamarías. Cada uno se comió sus cuatro bocadillos antes de llegar a la Punta de Anaga, y allí nos provocamos y los devolvimos por encima de la marea."