En sus quince años de ardua existencia La casa de mi tía ha sufrido muchos y serios sabotajes, intensas agresiones. Parece que la historia se repite. Esteban Romay Rubio me avisa. Y un montón de lectores y lectoras, también. Aunque a veces estas son las cosas que suelen hacer las empresas de antivirus, no deja de ser una agresión
Beatriz Talegón en DIARIO 16 comenta otro artículo aparecido en BLOOMBERG, firmado por Laura Millan Lombrana, Jeannette Neumann y Alberto Nardelli, sobre la preocupación y asombro que se siente en la Alemania merkeliana por las cosas que ocurren en esto de lo que va quedando del imperio español. Y yo, Chema Tante, digo lo que pienso sobre el particular.
Eudald Carbonell ratifica en esta entrevista con Neus Tomás, en EL DIARIO, que recomiendan Manolo Marrero y el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, lo que ya dijo en otra con Ferrán Espada Y yo, Chema Tante, digo que resulta contundente que tanta gente pensante, de tantas especialidades distintas, de las letras, las ciencias, las artes, de todo officio, coincida en condenar las malas mañas ecocidas y asesinas del capitalismo neoliberal, pero que la gente de la política, en cuanto llega a gobernar, ignora esta verdad incuestionable., Qué buenos argumentos debe tener el capitalismo, para convencer de manera tan definitiva.
Tita Apolo @tita_apolo recomienda esta artículo de George Monbiot, de 2016, aparecido en THE GUARDIAN y EL DIARIO y referenciado en La casa de mi tía entonces, y, otra vez, en noviembre pasado. Por aquellas fechas, como ahora, el neoliberalismo sigue siendo el culpable. Decía yo, Chema Tante que "el neoliberalismo, en mi opinión, no es más que el fascismo de toda la vida, que se ha quitado la careta militar y nacionalista excluyente con la que se disfrazaba y se presenta ahora, como lo que es realmente: una ideología de dominación del planeta por parte de las personas ricas. Y ahora, en 2020, con la invasión del Covid-19 se confirma que esa ideología fascista de dominación, con sus prácticas ecocidas y de desmantelamiento de las estructuras públicas, ha exacerbado el riesgo de desaparición de toda la Humanidad. Porque hay que repetirlo a todas horas, todos los días: lo que nos pasa, con la pandemia, con el desastre climático, con la lacerante desigualdad fiscal, es culpa del neoliberalismo. Y quienes predican retornar de nuevo a las prácticas neoliberales, son reos de lesa humanidad.