Finian Cunningham, desde STRATEGIC CULTURE, comenta lo sucedido en esa cosa que cada día nos parece más lejana, la llamada ONU. porque estos días se celebra la 75ª Sesión de la Asamblea Genera de esta Sociedad de Naciones Unidas, a las que solamente se respeta y acata cuando conviene. Xi y Putin prometen un progreso pacífico mientras Trump se eriza con una beligerancia rancia, dice la información que señala Federico Aguilera Klink y yo, Chema Tante, recuerdo que, mientras por estas alturas sociales sufrimos las consecuencias, no de la pandemia, sino de las estupideces de quienes gobiernan con la calculadora, por allá arriba, los mandamases mundiales deciden nuestro futuro. Al menos, el futuro de quienes escapen a esta maldición protagonizad por Sánchez e Iglesias por allá y por Ángel Víctor, Yaiza casimira y Noemí no puedo, por acá. 

El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado señala en EL DIARIO ANDALUCÍA y en REBELIÓN este bienintencionado y sensato artículo de la profesora titular de la UGR y candidata de Más País, Carmen Lizárraga y del catedrático de la US, Juan Torres, exhortando a la búsqueda de espacios de encuentro para un gobierno de progreso. Un artículo sensato, sí, pero yo, Chea Tante, me temo que no aporta muchos mimbres prácticos para establecer esos acuerdos que la izquierda necesita. 

"Este te va a encantar", me dice Alejandro Floría Cortés al señalarme este artículo de Jorge Riechman en TRATARDE. Y era verdad. Me ha ena¡cantado, aunque maldito sea el encanto. Parte Riechman de una reflexión coleTciva que hizo él mismo en LA MALETA DE PORT BOU, con César Rendueles, Marina Garcés, Alberto Santamaría, Elvira Navarro, Ramón González Férriz, Luis Enrique Alonso y Josep Marí Vallés. Y la conclusión no podía ser otra que la de que el progreso es muy peligroso, porque en su nombre se cometen las mayores vileas. Aparte de las consecuencias que tiene el progreso sin cautela.