Pacífica revolución interna la que se produjo en el PSOE la noche del domingo pasado. El triunfo del señor Sánchez sobre el aparato del Partido y la candidata de los acomodados inmovilistas significa que el poder retorna –acaso como utopía- a sus propietarios. Las palabras de la señora Díaz (“Pedro, jamás has ganado unas elecciones”) se volvieron simbólicamente contra la princesa mora cual flechas de fe y saetas de esperanza, imágenes de Gerardo Diego para referirse poéticamente al enhiesto ciprés del monasterio de Silos, surtidor de sombra y sueño.
"Entre comunistas, somos testigos demasiado a menudo en España, de cierta euforia evolucionista; éxtasis dimanado de la fe en la fuerza de los acontecimientos, que habrían de ir haciendo fermentar y madurar una materia lista en su mismo ambiente y en su misma composición química, para pasar a ser procesada por las "manos correctas".
El proletariado es, en esencia, la clase social que carece de los medios de producción y que por lo anto debe vender su fuerza de trabajo