Francisco Morote, de Attac Canarias, recomienda este artículo, que califica de muy interesante, y señala una errata en la fecha de la Constitución de Cuba (dice 1919, es 2019) y yo, Chema Tante, hago ver la oportunidad de las reflexiones de González César, en Canarias, donde se ha levantado el debate sobre si se deben respetar los derechos de unos inversores a construir, aunque atenten contra la propiedad comunitaria, cultural, territorial y de la flora y fauna. Propiedad privada frente a propiedad comunal. Ese es el dilema.
Rubén Martínez ofrece en PÚBLICO este artículo que Federico Aguilera Klink señala diciendo con razón que es "muy interesante". Y yo, Chema Tante, lo remarco. Se trata, simplemente, de buscar la "la causa de la causa del mal causado"
Juan Torres se ocupa, en PÚBLICO y en YOUTUBE, de una de las pruebas más claras de la crueldad y maneras criminales del capitalismo y de su versión moderna, el neoliberalismo: la legislación sobre marcas y patentes de los medicamentos. En el artículo que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado ofrece los datos contundentes que demuestran como el capitalismo, con ls leyes internacionales que impone, permite obtener jugosos beneficios con el dolor, el sufrimiento yl a vida del género humano. El argumento supremo de la protección de marcas y patentes que esgrime el capitalismo, el de que el coste de las investigaciones es tan alto que obliga a ello, para impulsar a la ciencia, queda pulverizado por los datos que reflejan el altísimo nivel de la rentabilidad de las empresas de farmacia. Una barbaridad que quedaría solventada con el simple procedimiento de que sean los estados quienes se ocupen de la investigación. Y quien diga que no, que mire para Cuba.
El concejal Enrique Luis (PP) utiliza la propuesta de ACRR como propaganda electoral y deja claro que pretende seguir propiciando la especulación del suelo
Para celebrar la visita de su primo (¿o ya es hermano? ignoro cómo van estas cosas de la realeza) Fernando, sereto de España (y, como su progenitor, nada de Alemania), Mohamed, sereto de Marruecos (y todo, para Europa), ha ratificado el acuerdo de pesca que permite a buques europeos, en su mayoría españoles (y canarios, en mayor mayoría aún) operar en aguas africanas. Lo malo es que se trata de aguas en parte, marroquíes, pero, en buena parte, saharauis. Es decir, aguas pertenecientes al pueblo saharaui.
La energía y el agua son elementos esenciales para la vida, para la soberanía y para la existencia de un país y por eso no deberían ser objeto de especulación.