Antonio Aguado, coherente veterano m ilitante socialista recomienda este artículo en el que Miquel Ramos, en PÚBLICO aprovecha la presencias entre las oscarizables de la película versión libérrima de la obra de Remarque, para hacer un estpuendo alegato por la Paz
Yo no sé si la nutrida parroquia de La casa de mi tía se ha percatado de que en este revoltoso medio no existe la categoría "medio ambiente", a pesar de su evidente vocación por el conservacionismo de este planeta, que es el único que tenemos, de momento. Yo siempre he puesto los temas ambientales en el epígrafe "economía", porque desde el primer momento he coincido, sin saberlo y me congratula, con el pensamiento de Ann Pettifor. El medio ambiente y el ambiente entero se defienden, no solamente, que también, con las buenas prácticas, sino mu especialmente, atacando el problema en sus raíces, en la economía. En la mala economía noeliberal, concretamente. En esta sublime entrevista que le hace Ekaitz Cancela en CLIMÁTICA, Ann Pettifor predica la buena nueva del Green New Deal, que pretende y ojalá consiga, expulsar de la economía mundial las malas mañas que están matando a la Tierra y a la Humanidad. El estado, los estados, deben actuar, como dice Pettifor en la buena dirección buscando el dinero donde sea. Con el crédito y con los esquemas fiscales equitativos.
Indulto y servicios sociales para la banda de los cuatro, si devuelven todo lo robado
Las defensas de los cuatro forajidos de Las Teresitas están cumpliendo con su legítimo deber de intentar posponer cuanto más puedan el entalegamiento de sus clientes. Insisto, lo mejor que hacen, y les alabo el gusto. Es más, yo Chema Tante, apoyaría hasta que indultaran a los cuatro tunantes. Siempre, claro está, que devuelvan lo que robaron. He dicho robaron, Ricardo Melchior. Robaron.
Se perfectamente la diferencia entre República y Monarquía. Entiendo perfectamente el carácter más democrático de la primera forma de gobierno y el déficit de base de la que ya parte la segunda, por muy revestida de modernidad y parlamentarismo con que la adornen.
En toda batalla interna de cualquier partido, sea de derechas, de izquierdas o nifúnifá, la burguesía interviene defendiendo sus propios intereses, posicionándose tanto con dinero como con la potencia abrumadora de sus medios de comunicación. La lucha de clases se manifiesta así en todo proceso político, independientemente de que los actores en liza aseguren “respetar los asuntos internos” de cada partido.
Reproduzco este artículo publicado, no sé si en 2004 o 2005, en prensa digital.