Cuesta escribir ante tanto robo premeditado de la mafia de los sobres en el estado español. El saqueo generalizado del patrimonio público se gasta en tarjetas negras de crédito por corruptos banqueros y políticos, personajes que hasta hace escasos meses eran “honorables”, “honrados”, “apreciados” próceres de la marca España, que ahora al descubrirse el pastel nauseabundo, se han convertido en quinquis en toda regla, delincuentes con cochazo oficial, trajes caros y mansiones de lujo.

La rebatiña del derroche desenfrenado. Una banda de rateros rastreros. No vayan más lejos. En EL DIARIO , PÚBLICO, la SER, EL PAÍS o la RTVE, tienen todos detalles de las mil y una manera en que los y las calaveras de la panda de Blesa (aquel cuyo "honor" agravió Elpidio) se estallaban las perras de una Caja cuya finalidad era la dinamización social. Sigo sin entender como no estamos en las calles exigiendo venganza y reclamando que esta clase de gente embasurada pague con la indigencia sus culpas. Y que nadie se olvide: esto ha pasado en otras cajas (recordemos el chanchullo de Las Teresitas, con Plasencia, González, Zerolo, Arvelo y Rudy 'Binter" Núñez). Y que no se pase por alto, todo esto lo sabían los gobiernos de turno, del Pp o del PsoE. Y, por sobre todo, que esté en la mente de todo el mundo: estas cajas de la vergüenza están tifándole las casas a la gente, con la estafa hipotecaria. 

Francisco Núñez nos regala en EL MUNDO esta brava noticia sobre José María Buenaventura. que tiene dos lecturas.

"Y los tipos, gastando dinero, a destajo"  Bien dice Fernando Sabaté, que me recomienda el vídeo  de HOGAR ÚTIL : "Este Arguiñano es un crack".