La casa de mi tía
Hace un par de viernes y a primera hora de la mañana me subí a un avión para regresar a Gran Canaria desde Tenerife. Como siempre, una amable auxiliar de vuelo me entregó un periódico para hacer más liviano el viaje. Era el “Diario de Avisos”. Le eché un vistazo a la portada y me tropecé con la frase con la que, habitualmente, algunos medios abren su cabecera. A partir de ahí se me pasó la aprensión al despegue. Se me trocó por una enorme desazón. El decano de la prensa de Canarias transcribía un pensamiento que decía que “gobernar es el arte de crear problemas con cuya solución se mantiene a la población en vilo”