Marina Estévez Torreblanca / Raúl Sánchez en EL DIARIO, artículo que señala y comenta Federico Aguilera Klink. La cosa va de la complacencia fiscal con quienes suscriben opulentos planes de pensiones. Es decir, que, con fondos públicos, se apalancan las doradas jubilaciones de la gente rica, con ese mismo dinero público que se regatea a las pensiones públicas. Una auténtica aberración que viene de estos cuarenta años de gobiernos de derechas, sea el color que sea el que hayan disfrazado. Y que nadie se llame a engaño, añado yo, Chema Tante, esto es para favorecer a la gente rica y, además, a las empresas aseguradoras. Al final todo en la misma clase. La de arriba. Y también hay que resaltar que el PSOE y UP, nos dicen Estévez y Sánchez, no han acordado previamente este asunto. Pero es de esperar que la gente de UP ya tendrán sus planes al respecto. El escollo, como de costumbre, es Calviño. No hay quien lo entienda. Calviño quiere contentar a Bruselas con el déficit, per siempre, como buena neoliberal, mira para los gastos, no para los potenciales ingresos, como este. 12.700 millones de euros regalados a la gente rica. Por la cara. Es la sublimación del pensamiento de Friedman: no le cobren a la gente rica, dejen el dinero en sus bolsillos, que ella lo repartirá hacia abajo. No te fastidia.

Muchos de los estudios e investigaciones de la gente erudita en economía, en trabajo social, en politología devienen innecesarios. Gran parte de las tribulaciones que sufre tanta gente en el estado español, las turbulencias políticas, incluso, los forcejeos de la oligarquía para evitar un gobierno progresista tienen su origen en esto que, otra vez, se demuestra con el reportaje que ofrecen Marina Estévez Torreblanca y Raúl Sánchez en EL DIARIO y en la web de ATTAC CANARIAS. Que muchas, demasiadas empresas españolas o multinacionales que operan en el imperio español son unas filibusteras tramposas. Porque no pagan sus impuestos. Claman y lloran ante la más mínima posibilidad de que en este estado se implante una esquema fiscal equitativo. Pero es que ni siquiera pagan lo que les corresponde con este actualmente en vigor. Y clao, como las empresas grandes no pagan, y el sector público debe mantenerse, es la gente corriente y moliente la qiue paga el pato. Y la pata.

Adela Cortina  y José Ignacio Torreblanca publican en EL PAÍS, ALAINET y CENTRO DE COLABORACIONES SOLIDARIAS CCS, este excepcional, sensato y solidario decálogo que recomienda Francisco Morote, de ATTAC Canarias.