RT difunde la información de THE NEW YORK TIMES que desvela otra de las barbaridades que perpetra a diario el intervencionismo bélcio USA. Lo señala Federico Aguilera Klink. Y yo Chema Tante llamo la atención hacia ese matiz que descubre este episodio. Mataron a un pobre hombre, pacífico, porque les daba lo mismo a quien mataban. Lo que buscaban era poder largar su gran mentira.
Nota de Chema Tante: Reproduzco este recuerdo del Art. 46 de la Constitución de la II República que hace EL OBRERO y que recomienda Eduardo Montagut. Pero llamo la atención sobre le hecho de que, para la República, los mandatos constitucionales no eran postulados simbólicos, como se hace en este reino que Felipe Borbón heredera de su padre Juan Carlos y de su abuelo en política. Franco. No. Para la república, los mandatos constitucionales debían ser respetados y acatados. Y en eso estaba y por eso se le levantó la derecha cerril que necesito la fuerza parda y negra nazi fascista para reducir al pueblo.
Para recordar que no hace falta ser comunista ni socialista para tener conciencia social. La II República fue animada y conseguida por fuerzas de muy variada ideología. Sin embargo, ya tenía un contenido de mucha responsabilidad de apoyo al trabajo y a las clases trabajadoras. Además, en los pocos años en que pudo funcionar, sin el acoso de la derecha culminado en el pronunciamiento de una parte del ejército con la ayuda nazifascista, la República demostró su vocación de cumplir con su Constitución, no como este régimen monárquico que mira a su texto máximo con un ojo abierto y otro cerrado. Para este régimen monárquico solamente son de aplicación las normas que favorecen a las gentes afortunadas.. Los derechos a la educación, al trabajo, a la salud, a la vivienda, son derechos "simbólicos" no ejecutables. Quienes reclamamos la República exigimos la vuelta a la normalidad truncada desde 1939. Constitución, ya la tenemos. No es necesario más que actualizarla. Un poco. Eduardo Montagut señala este recordatorio que hace EL OBRERO de un capítulo esencial de la Constitución del 31
El trabajador social y escritor Orlando Alonso Suárez falleció la noche del sábado 8 de septiembre. El próximo 11 de octubre iba cumplir 58 años. A la hora de definirlo sus compañeros de profesión no tienen muy claro si “era un escritor y artista con una gran vocación de trabajador social o un trabajador social con una reconocida vena creativa que le granjeó varios premios literarios”. Aunque es difícil clasificar a Orlando, en este domingo de despedida en lo que sí coincidimos en el tanatorio de Miller Bajo sus compañeros y compañeros de Trabajo Social es en reconocer “su enorme talento y que era una persona muy especial”.