NO INCINERACIÓN TENERIFE trata de lo que yo ChemaTante no dudo en calificar como otro más de los muchos y grandes negocios fraudulentos que se perpetran en estas desgraciadas islas. El Tranvíade Tenerife, una idea que no por ser brillante es menos escandalosa. El movimiento de personas en la zona metropolitana Santa Cruz Laguna es muy abundante y se servía, mal que bien, con guaguas. En lugar de acometer un proyecto coherente de racionalización, lo que se hizo fue elioinar las guaguas para construir un tranvía, con una obra gigantesca que ha partido en dos la ciudad chicharrera generando un caos en el tráfico. La razón siempre es la misma. Busca la pasta. El tranvía significa ingeniería y cemento. Y quien dude de que en Canarias no hay ingeniería y cemento con dinero público sin que la misma tropa desalmada se lucre, es un ingenuo. Resultado: Mucha gente que antes viajaba en guagua, ahora lo hace en tranvía, otra, incluyendo buena parte del alumnado de la ULL,  ha optado por el coche privado. La circulación en la zona es una locura. El coste por la operación deficitaria del tranvía, que pesa sobre el erario, es muy superior a la que hubiera sido con la guagua. Un transporte no ecológico, porque la energía que lo mueve sigue obteniéndose con fósiles.  Pero los servidores de la patria vieron crecer sus patrimonios. Las campañas de intoxicación mercenaria, mantienen sus triunfalistas mentiras. Y quienes no nos callamos, y bastante nos hacen pagar por ello, seguimos sin callarnos. Esto es una estafa.

Ben Norton en THE GRAYZONE y CONSORTIUM NEWS  relata las maniobras que se dirigen contra la izquierda desde las empresas que sirven las redes sociales. "Muy revelador", dice Federico Aguilera Klink, al señalar un artículo focalizado en México y América Latina, pero que con variantes adaptadas en cada territorio, denuncia una agresión terrible contra la democracia y la resistencia al neoliberalismo. Sin embargo, comento yo, Chema Tante, la izquierda sigue pensando que no hay nada que hacer, creyendo que las redes sociales son suyas y que con la lucha desesperada y con las uñas, de algunos medios de comunicación comprometidos, ya basta.