La casa de mi tía
Soria pretende escurrir el bulto de la tremenda fogalera que ha armado en Canarias, pidiéndole "sensatez y cordura" a Paulino; como si eso fuera posible, y diciendo que Paulino miente. Como si no supiéramos, toda la gente en Canarias, que Paulino miente como un bellaco cada vez que habla la boca. Como si no supiéramos que Paulino, todo él, es una mentira y que Paulino es un insensato, absolutamente alejado de la más mínima cordura. Pero ese no es el pleito, Soria. Paulino, en esta historia no es más que un entrometido no invitado, que intenta aproceharse de las circunstancias. Paulino no representa para nada al pueblo canario. Paulino no está a la cabeza de la protesta popular canaria, sino que va detrás, al rebufo.