ANC exige una Unidad de Cirugía Plástica y Quemados en el archipiélago

 El hecho de tener que trasladar al paciente a Centros a más de mil kilómetros de distancia y la tardanza en aplicar el correcto tratamiento, puede empeorar drásticamente la situación.

 La valoración inicial de una quemadura resulta complicada y por eso es bueno contar con unidades especializadas que acortarían el tiempo en esta fase inicial. Especialistas en  tratamientos a quemados, afirman que cerca del  80% de los pacientes valorados inicialmente en primaria y que se derivan posteriormente a unidades de quemados, están mal diagnosticados.

 Según la información que nos llega a ANC, las quemaduras de primer grado, cuando están mal diagnosticadas, son propensas a acabar con infecciones y, por lo tanto, pueden terminar ahondando en la dermis y aumentando su gravedad hasta convertirse en lesiones de segundo o tercer grado. Esta última situación supone muchos más riesgos para la víctima o paciente y, seguramente, podría evitarse con un acertado tratamiento inicial que enlazara inmediatamente con el tratamiento hospitalario pertinente.

 Hay un mapa de centros con unidades de grandes quemados que recorre el territorio del estado español (Aragón, Cataluña, Madrid, Andalucía, Valencia, Galicia, etc.) hasta contar nueve unidades hospitalarias especializadas y que han de prestar el apoyo necesario a los pacientes de este archipiélago. Pero los más de mil kilómetros que nos separan del más cercano, convierten ese supuesto apoyo en insuficiente para poner a salvo a las víctimas de quemaduras en el archipiélago o darles el tratamiento digno. Es más, esa dependencia supone ponerlos en riesgo y, si consideramos los avances hospitalarios de la sanidad canaria y los excelentes profesionales que hay, podemos afirmar que es crear riesgo innecesario.

 Por todo lo que desde ANC exigimos la puesta en marcha de forma inmediata de una Unidad Hospitalaria de Quemados en el archipiélago, con la dotación presupuestal necesaria y los debidos acuerdos que conlleven protocolos de actuación de policía, bomberos y cuantos cuerpos de seguridad se considere necesario, para coordinar los auxilios primarios con la atención profesional sanitaria.