Desde primera hora de la mañana, hemos cerrado todos los accesos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para exigir el fin de las macrogranjas y frenar así la grave contaminación del agua.

Más de una veintena de activistas de Greenpeace se han anclado en todos los accesos de entrada y salida del Ministerio y han colocado una plancha de 250 kilos en la puerta principal. Pero no somos sólo veinte, medio millón de personas habéis firmado contra las macrogranjas. Y solo falta una, la del ministro Luis Planas.

Ya llevamos cuatro horas resistiendo de manera pacífica y vamos a seguir así todo el tiempo posible hasta ver satisfecha nuestra demanda o ser recibidos por el ministro.

Sacrificar cientos de millones de animales al año es cruel, envenena el aire, el suelo, perjudica la salud de las personas, castiga a las zonas rurales y, sobre todo, envenena nuestras aguas. El 30% de nuestros acuíferos —las aguas subterráneas y nuestras reservas para el futuro— ya están en mal estado químico, en gran medida por la contaminación de nitratos de la industria ganadera.

El futuro del planeta y del agua pasa por transformar este destructivo modelo agroalimentario y el primer paso a dar es acabar con las macrogranjas y reducir el número de animales en intensivo. ¿Qué preferimos? ¿Seguir produciendo carne al más bajo coste y en el menor tiempo posible hoy o tener agua limpia en el futuro?

La ciencia es clara: es urgente actuar. Más de medio millón de personas ya exigimos el fin de las macrogranjas y hoy estamos aquí para que el ministro Planas nos escuche y pase a la acción.

Juntas podemos conseguirlo, aunque parezca imposible. Hazte socio/a de Greenpeace ahora y ayúdanos a seguir trabajando para acabar con las macrogranjas con acciones como esta >>

Seguimos.