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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

EUROPA LAICA denuncia y rechaza las casillas del IRPF

EUROPA LAICA

EUROPA LAICA propone no marcar ni la casilla de la Iglesia católica ni la de fines sociales, y denucnia la costosa campaña publicitaria orquestada por el Gobierno y la iglesia católica con dinero público

 

EUROPA LAICA propone no marcar ni la casilla de la Iglesia católica ni la de fines sociales, y denucnia la costosa campaña publicitaria orquestada por el Gobierno y la iglesia católica con dinero público

 

Europa Laica insta a la ciudadanía a NO marcar ninguna de las dos casillas de la Declaración del IRPF, tanto la de la Iglesia Católica, como la de Otros Fines de Interés Social, por los siguientes motivos:

 

1. Nos manifestamos totalmente en contra de que el Estado sirva de recaudador de la Iglesia Católica y destine dinero público para fines exclusivamente religiosos y de mantenimiento del clero católico, por lo que entendemos que no debería existir dicha casilla en la Declaración. El dinero recaudado a favor de la Iglesia Católica, lejos de servir a objetivos sociales, es utilizado por la Iglesia para sueldos y seguros sociales de 22.000 curas, gastos y proselitismo de la Conferencia Episcopal, sueldos de obispos incluidos, publicidad y propaganda de las campañas eclesiales, financiación de 13TV incluida, universidades eclesiásticas, campañas antiaborto, beatificaciones, pago del IVA… En fin, nada que ver con auténticos fines sociales ni tan siquiera benéficos, y que no deben ser financiados con dinero público.

2. En cuanto a la casilla de “Otros Fines de Interés Social”, Europa Laica puede reconocer la labor de algunas de las ONGs beneficiarias de dicha casilla. No obstante, la mera existencia de esta casilla sirve a efectos de legitimación (o como coartada) de la existencia de la casilla de la Iglesia Católica, pues ofrece apariencia de voluntariedad y libertad de opción cuando, en la práctica, no es así. Marcar una u otra o las dos casillas, a efectos prácticos y presupuestarios, tiene como objeto calcular la cantidad sobre el total del impuesto recaudado que se repartirá entre la Iglesia Católica y las ONGs (y que se detrae de otros gastos sociales en los que pudiera emplearse dicha cantidad). No supone, por tanto, una donación voluntaria sino una forma con la que establecer qué cantidad del dinero de todos (quienes marcan y quienes no marcan una, otra o ninguna casilla) se destinará a la Iglesia y los Otros Fines. Distinto quizá sería si, además del impuesto, el contribuyente pagara un 0,7% más para dichos fines (de la iglesia u otros), en cuyo caso sí sería una donación voluntaria, lo que no es el caso en el modelo actual.

3. Europa Laica es consciente de que las ONG,s puedan no entender nuestra posición de no marcar ninguna de las casillas del IRPF (por los distintos motivos expuestos). No obstante, para nuestra organización es una cuestión de principios: NO podemos abandonar la exigencia de los derechos sociales básicos en manos de la arbitrariedad, la beneficencia o la caridad. El dinero para los fines que se consideren de interés social, han de salir directamente de los presupuestos generales del Estado, de las CCAA y de los Ayuntamientos a quienes corresponde la responsabilidad de darles solución y no estar al albur de quienes marquen dicha casilla.

4. Los derechos sociales básicos exigibles a los poderes públicos por la Constitución Española no pueden quedar al margen, por tanto, de la asignación y discusión de los Presupuestos del Estado, ni de los procedimientos de control que garanticen que se asignen con equidad, eficacia y objetividad, y siempre en función de los intereses generales. De lo contrario nos situamos en el terreno de la discrecionalidad y se posibilita la asignación de recursos públicos con criterios sectarios y clientelistas.

5. Asímismo rechazamos el enorme gasto en publicidad avalado por el Gobierno para instar a que se marquen las dos casillas, dinero que sale del bolsillo de toda la ciudadanía, que va en contra de servicios básicos a la ciudadanía y que rompe la no confesionalidad y neutralidad del Estado, ante la cuestión religiosa.