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jueves, 25 de abril de 2024 09:47h.

Hacia la unidad de acción de los Grupos Constituyentes


III ASAMBLEA ESTATAL DE CONSTITUYENTES 
(Barcelona, 9 de Febrero de 2013)

 

Hacia la unidad de acción de los Grupos Constituyentes

 



III ASAMBLEA ESTATAL DE CONSTITUYENTES

(Barcelona, 9 de Febrero de 2013)


Hacia la unidad de acción de los Grupos Constituyentes

Asamblea Ciudadana Constituyente de Almería


I) Estado de la cuestión

Ha transcurrido poco más de un año desde que un grupo de personas se reunía en Sevilla y, con mucho entusiasmo y pocos medios, lanzaban la idea de crear un contrapoder al poder constituido, que se plasmó en la creación de las Asambleas Ciudadanas Constituyentes, esto es, grupos de ciudadanos que ponían en cuestión la forma como se gestó la Constitución Española de 1978 y la legitimidad de las personas que elaboraron la misma, una Constitución que, dicho sea de paso, ha hurtado la soberanía al pueblo español y ha establecido el sistema de partidos, en base a que “los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política”(art. 6).

La experiencia de estos 35 años nos ha demostrado que el sistema de partidos no expresa el pluralismo político, al no recoger las aspiraciones de todos los ciudadanos, y que el bipartidismo actual margina a los partidos minoritarios y a grandes colectivos de ciudadanos que no se sienten representados por los partidos mayoritarios.

A eso hay que añadir que la estructura interna y el funcionamiento de dichos partidos han dejado de ser democráticos, al primar el clientelismo y las prebendas sobre la igualdad de oportunidades y los ideales de sus afiliados, transformándose sus órganos dirigentes en plataformas de acceso a cargos públicos bien remunerados.

Frente a este estado de cosas, surgieron las Asambleas Ciudadanas Constituyentes como “embrión de las asambleas ciudadanas municipales que deberán ser la herramienta fundamental de la soberanía popular”, que constituyen la estructura básica de nuestro movimiento.

Hay que recordar que nuestras Asambleas persiguen la ruptura con el sistema político vigente mediante una revolución democrática y la activación del poder constituyente frente al poder constituido.

Desde aquel lejano mes de diciembre de 2011 hasta la fecha actual han ido surgiendo otros movimientos ciudadanos (Democracia Real Ya, Movimiento 15-M, Frente Cívico, Asamblea 25-S…) y colectivos (Constitucionalistas por la Democracia), con pretensión de abrir un proceso constituyente en España, con un funcionamiento asambleario y horizontal, y con unos objetivos similares a los de nuestras Asambleas, lo que debe de revertir en buscar el camino de la unidad de acción como el procedimiento más eficaz para conseguir los fines que perseguimos: la apertura de un proceso constituyente y la elaboración de una nueva Constitución hecha por el pueblo y para el pueblo.

Lo que parecía un sueño en sus comienzos, empieza a ser visto como una de las necesidades más urgentes por parte de la población española, máxime cuando más de la mitad de los españoles se han manifestado que están poco o nada satisfechos con la actual Constitución, según una encuesta del C.I.S. realizada entre los días 5 y 13 de noviembre de 2012 y publicada en el periódico “La Vanguardia” el día 5 de diciembre, con lo que se pone en evidencia la necesidad de elaborar un nuevo texto constitucional que lleve a la práctica el principio de que “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” (art. 1.2 C.E.).


II) La unión hace la fuerza

Resulta obvio que la tarea que nuestro movimiento se marcó en Cádiz debe de continuar. A este respecto, debemos de esforzarnos en promover nuevas Asambleas Ciudadanas Constituyentes en aquellos territorios donde todavía no existen. Pero también ha llegado la hora de plantearnos unir nuestros esfuerzos con otros movimientos hermanos, como 15-M, Frente Cívico, PAH,  y Asamblea 25-S, que tienen un proyecto horizontal e inclusivo como el nuestro y que persiguen fines similares.

En esta línea se manifiesta la Declaración de Málaga elaborada mediante consenso por todas las Asamblea Ciudadanas Constituyentes de Andalucía, cuyo párrafo primero declara lo siguiente: “Las personas que componemos las Asambleas Constituyentes Ciudadanas de Andalucía nos proponemos, como desarrollo de la Declaración de Cádiz de marzo de 2012, trabajar en nuestro ámbito territorial hacia un Proceso Constituyente Ciudadano. Realizamos un llamamiento a toda la ciudadanía y a todos los colectivos a participar y a activar desde ahora un proceso constituyente de tipo permanente, múltiple y heterogéneo, desde el nivel local al internacional, pero siempre en manos del pueblo”.

En el mismo sentido, la Declaración Política de las Jornadas del Puente Constituyente celebradas en la provincia de Madrid durante los días 6 a 9 de diciembre de 2012, expresa lo siguiente: “Las personas participantes en las jornadas del Puente Constituyente, tras valorar  la grave situación que atravesamos y tras un debate colectivo sobre los bloqueos que contiene el actual sistema legal y constitucional, hacemos un llamamiento a toda la sociedad a iniciar un proceso constituyente. Nos dirigimos a todas las organizaciones y movimientos sociales, mareas, asambleas populares y demás colectivos, a todas y todos los que luchamos por la defensa de nuestros derechos”.

Si comparamos los dos textos, vemos que ambos guardan grandes similitudes y que lejos de excluir llaman a todos los colectivos a participar en esta tarea.

Desde la unidad demostrada por los ciudadanos en las jornadas del 25-S al 29-S y en las manifestaciones celebradas del 23-O al 27-O, nos hemos dado cuenta que es posible sumar fuerzas y elaborar conjuntamente estrategias para la activación del poder constituyente que dé a todos los pueblos el máximo poder de decisión y autogestión posibles.

Pero también se debe de contar con otros movimientos sociales, mareas o plataformas, con objetivos y fines diferentes, que también reclaman nuestra presencia para elaborar conjuntamente una estrategia para activar el proceso constituyente. Las movilizaciones llevadas a cabo por el personal de Educación (“Marea Verde”), por los mineros (“Marea Negra”) y estos últimos días por el personal de Sanidad (“Marea Blanca”), han hecho despertar inquietudes sobre la necesidad de abrir un proceso constituyente participativo y piensan incluir dicha reivindicación en sus próximas convocatorias.

Se puede afirmar que el debate sobre los pasos a seguir para generar el proceso hacia una nueva Constitución ya está en el seno de los movimientos sociales, de algunos partidos políticos y de la ciudadanía en general. Pero previamente es imprescindible conseguir el empoderamiento del pueblo.

Y para conseguirlo, es necesaria la unidad de acción de todos los movimientos ciudadanos afines, con el fin de alcanzar un objetivo común: la elaboración de una nueva Constitución, en la que el poder real resida en el pueblo, no en los partidos políticos ni en los mercados. “Esta es la tarea que nos proponemos y a la que invitamos a todas y a todos, para crear un proceso constituyente de ejercicio de la soberanía popular, en el que pueda incorporarse toda la ciudadanía plenamente, como exige la Declaración de Cádiz, hacia una revolución pacífica y democrática”.

III) Relaciones con otros colectivos

Ni qué decir tiene la importancia que en este momento cobran las relaciones de las Asambleas Ciudadanas Constituyentes con los movimientos sociales 15-M, PAH, Frente Cívico y Asamblea 25-S, cuyas acciones han calado profundamente en la ciudadanía.

Como se sabe, el pasado mes de diciembre se celebraron en Rivas (Madrid) las Jornadas del Puente Constituyente, en las que participaron más de 150 personas de distintas provincias españolas, que debatieron durante tres días el qué, por qué, para qué y el cómo del proceso constituyente. De dicho encuentro salieron dos documentos de una gran importancia para el desarrollo futuro de dicho proceso: la Declaración política y la Hoja de ruta.

Pues bien, entre los objetivos que se enumeran en el punto 4 de la Hoja de ruta se recoge el siguiente: “Extender el proceso constituyente a todos los territorios: llamar a constituir territorialmente grupos promotores que difundan el significado y el sentido de éste. Tras las Jornadas de Puente Constituyente, nos comprometemos a impulsar el proceso constituyente con el máximo respeto a todas las iniciativas que ya están en marcha, intentando la confluencia horizontal con todas ellas”.

Esa debe de ser tarea prioritaria de todos los colectivos implicados en la activación del proceso constituyente, que no puede tener liderazgos ni jerarquías. Es la hora de sumar adhesiones. Pero también es la hora de participar en todas las acciones reivindicativas y darles un contenido político radical orientado al proceso constituyente.

Igualmente, es de suma importancia la unidad de acción con las distintas Mareas de ciudadanos que, sin tener como objetivo preferente la abolición de la Constitución Española de 1978, sin embargo, han sufrido una merma importante de sus derechos sociales, políticos y económicos. Para ello hay que convencerlos “de la necesidad de converger en una alternativa global que dé salida a todas las luchas contra el desmantelamiento de los derechos sociales, políticos y de ciudadanía conseguidos en décadas: el proceso constituyente”.

La realidad dolorosa del desempleo, con más de seis millones de personas en paro nos hace sentirnos solidarios con las Asociaciones de parados y con los integrantes del colectivo “Marea Roja”, cuyo derecho a tener un trabajo digno debe aparecer reflejado en la futura Constitución.

No podemos olvidarnos de la confluencia con los grupos ecologistas, ya que en el nuevo sistema se debe contemplar la sostenibilidad de las actividades humanas en un mundo con unos recursos y una capacidad de contaminación cada vez más limitados, que nos obligan a conservar la Naturaleza y proteger el medio ambiente.

De igual forma, debemos de incluir en nuestro proyecto a los movimientos feministas englobados en “Marea Violeta” y a todos aquellos colectivos que luchan por la igualdad real y efectiva entre el hombre y la mujer, rechazando de plano la violencia de género.

Por todo ello, proponemos la creación de un órgano que coordine los esfuerzos de los distintos movimientos ciudadanos y señale la estrategia a seguir. Dicho órgano podría ser una Coordinadora Constituyente Estatal, que funcionaría de forma descentralizada y autónoma a nivel territorial. Esto es, en cada Comunidad Autónoma y Nacionalidad Histórica habría una Coordinadora Constituyente, que serviría de vínculo de unión de las iniciativas de las diferentes organizaciones, que conservarían su propia identidad, Coordinadora que estaría formada por los portavoces de los colectivos integrados en ella. Este modelo organizativo se extendería también a cada una de las provincias, donde se formarían Coordinadoras Constituyentes Provinciales.


IV) Conclusión: Todos somos constituyentes.

En estos últimos días están proliferando por todas las provincias de España reuniones de grupos y colectivos de muy diversa índole, que han confluido en una idea común: la convocatoria de una gran manifestación para el próximo día 23 de Febrero, con un lema común: “23-F. Contra el golpe de los mercados”. Sería deseable que a la convocatoria se sumaran también las Asambleas Ciudadanas Constituyentes y que en la misma se reivindicara la apertura de un proceso constituyente.

La gran “Marea Ciudadana” que se está formando, podría servir de ensayo de esa unidad de acción que propugnamos para conseguir la ruptura del sistema político vigente y de la Constitución que lo soporta, mediante una revolución democrática pacífica y la activación del poder constituyente como herramienta de la ciudadanía para conseguir el poder real, ya que en el fondo, “todos somos constituyentes”.