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viernes, 26 de abril de 2024 15:48h.

CANARIAS Y LA PALMA NO SE VENDE, SE AMA Y SE DEFIENDE

Recorrimos las calles de la capital palmera para expresar nuestro rechazo a la declaración de interés insular y al proyecto "ECO"RESORT CAMINO REAL LA PAVONA

 

LA PALMA 0
Texto leído por Darío Hernández al término de la manifestación, este 4 de abril

 

 

 

El pasado 20 de marzo, el pleno del Cabildo de La Palma aprobó la declaración de interés insular para el proyecto Ecoresort Camino Real La Pavona con 15 votos a favor y 6 votos de consejeras y consejeros ausentes.

Hoy, tras comprobar de nuevo la enorme preocupación de la ciudadanía canaria y recoger las ideas y reflexiones de un grupo conformado por dos centenares de personas y colectivos de La Palma, recorrimos las calles de la capital palmera para expresar nuestro rechazo a la declaración de interés insular y al proyecto ECORESORT CAMINO REAL LA PAVONA porque supone una amenaza para el sector primario, la naturaleza y la calidad de vida de las y los palmeros.

La votación de declaración de interés insular es, además de un paso previo para la tramitación de un campo de golf como instrumento de planificación singular turística, la constatación del fracaso de un modelo turístico que pretende someter el suelo rústico al dictado de las pretensiones inmobiliarias especulativas. Un posicionamiento claro por parte de los tres partidos que ocupan el cabildo, Coalición Canaria, Partido Socialista y Partido Popular, de apostar por una política que va en contra de todos los planteamientos dictados por Europa en materia de lucha contra el cambio climático y conservación de la biodiversidad. Estamos hablando de un proyecto que contempla la creación de un campo de golf de 18 hoyos, 1.400 camas distribuidas en un hotel de 5 estrellas, apartamentos y villas de lujo con 55 piscinas, un centro de congresos, un spa, entre otras infraestructuras y actuaciones. Un proyecto caduco, ya rechazado por la población, de turismo de masas propio del siglo XX, que consume territorio, recursos naturales, genera precariedad laboral y enferma a nuestra gente.

Para una gran mayoría de la población palmera, esta clase de megaproyectos turísticos va en la línea contraria al modelo de turismo rural y diferenciado por el que destaca La Palma. Un modelo donde los beneficios se producen y se quedan aquí, son de nuestra gente. Según los datos de la Encuesta de Gasto Turístico del ISTAC publicado por Promotour el motivo principal de elección del destino turístico de La Palma es su paisaje, seguido de su clima y de su entorno ambiental. Por eso les decimos que en La Palma sin naturaleza no hay turismo.

El proyecto de campo de golf de La Pavona, es un elemento más dentro de una auténtica “ofensiva” turística inmobiliaria y especulativa para convertir a La Palma en un “refugio para la corrupción” y repetir los mismos errores que, en otras islas del archipiélago, está llevando nuestro territorio a un callejón sin salida en cuanto a sostenibilidad económica, social y medioambiental se refiere.

Ante la actual coyuntura de crisis ecológica y climática mundial, no podemos perder ni un metro cuadrado más de suelo agrícola. Necesitamos recuperar las medianías para generar los alimentos que nos dan la vida. Plantar un monocultivo como el césped de un campo de golf no nos va a dar de comer, solo sirve para quitarnos un valioso suelo agrícola, pasto para el ganado, agua y contaminar nuestros acuíferos.

Los promotores del Eco Resort Camino Real La Pavona se apoyan en que este proyecto generará empleo, en concreto hablan de 250 puestos de trabajo, que serán temporales, precarios y ocupados en su mayoría por personas de fuera de la isla porque requieren de un conocimiento especializado en golf.

Además, el propio Gobierno de Canarias se comprometió a potenciar los sectores económicos verdes. A quienes nos quieren seguir condenando a contratos basura, les decimos: queremos trabajos, sí, pero de calidad. Queremos empleos verdes, empleos para adaptarnos a la crisis climática que ya está aquí. Queremos trabajos que nos cuiden y que no nos dejen botadas en la próxima crisis sanitaria o ecológica. Esto sí hará que las generaciones futuras sí quieran quedarse en La Palma.

El proyecto supone una amenaza directa para uno de nuestros recursos más valiosos: el agua. La comunidad científica lleva décadas advirtiéndonos que estamos en una profundísima crisis ecológica y social con riesgo para la vida tal y como la conocemos. Tenemos que introducir cambios en nuestro modelo económico y tenemos que hacerlo YA. Máxime cuando, tanto el Parlamento de Canarias como el Cabildo de La Palma declararon de forma oficial el estado de EMERGENCIA CLIMÁTICA.

El grupo de investigación GOTA de la Universidad de La Laguna muestra con datos cómo en los próximos años se producirá un aumento de la temperatura y un descenso de las precipitaciones en Canarias. Estamos hablando de un problema gravísimo. En este contexto, quieren hacer pasar por sostenible un complejo que consumiría 720.00 litros diarios de agua de riego.. Un campo de golf que consumiría el agua de consumo equivalente a una población de 15.000 habitantes, es decir, como Santa Cruz de La Palma. 54 piscinas privadas. Sin contar el agua por turista que puede llegar a 800 litros diarios.

El agua es un bien escaso y tenemos que protegerlo a toda costa. Es muy injusto que se pretenda utilizar tal cantidad de agua para uso privado.

La biodiversidad también sale perjudicada con este proyecto que supone una amenaza clara para el Fayal-Brezal. Hasta el 75% de la superficie del proyecto está enclavado en este ecosistema. Así lo certifican tanto el mapa de vegetación de La Palma como el mapa de Hábitats Naturales de Interés Comunitario.

No basta, como pretenden los promotores, con situar las actuaciones justo al lado del Parque Natural de Cumbre Vieja y del territorio protegido por la Red Natura 2000. Y no basta porque las plantas, avifauna y resto de los animales no entienden ni conocen las líneas arbitrarias trazadas en un mapa. La conservación no funciona así, sobre todo cuando hablamos de una transformación tan radical y agresiva del territorio, bautizada de forma sangrante con una falsa etiqueta “Eco”.

No es justo que una zona de tal belleza ecosistémica quede subordinada a un campo de golf, que, no nos olvidemos, es un monocultivo que necesita fertilizantes y pesticidas para sobrevivir. El campo de Golf y sus innumerables instalaciones, está proyectado sobre un terreno de más de 1 millón de metros cuadrados y, aunque los promotores afirman que el suyo será un campo de golf ecológico, ningún campo de golf en sí, es sostenible y mucho menos ecológico. El consumo de agua y la afectación al territorio, son claramente la respuesta de por qué no podremos llamar a este proyecto con la etiqueta “eco” con la que la han bautizado, con la connivencia del Cabildo Insular. Por muy de moda que esté apuntarse al carro de la ecología este proyecto demuestra una vez más la política de “lavado verde” que ejercen las promotoras urbanísticas con la complicidad de una clase política que, al parecer no ha aprendido nada del concepto de sostenibilidad.

Por eso estamos aquí, queremos fomentar un debate crítico, sosegado y argumentado. El debate que se merece nuestra isla, rica en biodiversidad, orgullo para quienes vivimos aquí, para quienes vamos y volvemos, para quienes nos visitan. Es una joya del Atlántico que tenemos la responsabilidad de cuidar.

Por eso creemos que nuestro cabildo debería reorientar la herramienta de interés insular hacia otros fines como:

El agua pública, las casas y las fincas de las personas afectadas por el volcán, la soberanía alimentaria, las energías renovables al alcance de todo el mundo, la biodiversidad de la isla, la inversión en investigación, la sanidad y la educación pública, una gestión sostenible y pública del agua, el acceso a una vivienda digna, la cultura para todas y lo más importante, nuestra gente.

Y por eso venimos hoy a repetir una vez más que:

CANARIAS Y LA PALMA NO SE VENDE, SE AMA Y SE DEFIENDE

 

LA PALMA 4
mancheta ene 23