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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Por salud democrática, derribemos el mamotreto

Ante la descomunal campaña mediática desarrollada por CC para que se legalice el mamotreto, la Plataforma por el Derribo del Mamotreto y Contra la Corrupción ha redactado este manifiesto con la intención de dar a conocer que esta obra es ilegal, ilegalizable y , sobre todo, rechazada por la ciudadanía. Hemos elegido el formato de "los atajos firmantes" y que estos estén encabezados por personas reconocidas a los que se sumarán todo el que quiera. Entre los primeros esperamos contar con Premios Canarias, activistas, artistas, etc. y queremos que tu seas uno/a de ellas. Si estás de acuerdo solo tienes que contestar a este email: r[email protected] indicando como quieres aparecer (activista, artista, sindicalista, lo que desees). Te rogamos nos lo indiques a la mayor brevedad posible pues queremos iniciar esta campaña cuanto antes para que nos ayude a convocar la manifestación que haremos el 31 de enero.

Por salud democrática, derribemos el mamotreto

Después de dejar sentado que la construcción del “mamotreto” de Las Teresitas es ilegal  y condenar por eso a varios concejales y técnicos del Ayuntamiento de Santa Cruz, la sentencia que ordena el derribo del edificio sospechosamente deja la puerta abierta a demoler sólo aquella parte del mismo que invade el dominio público marítimo-terrestre. Basándose en esto, el alcalde, José Manuel Bermúdez, digno sucesor del convicto Miguel Zerolo, se ha apresurado a decir que el “mamotreto” debe conservarse. Un descomunal despliegue mediático se ha puesto en marcha para entorpecer, si no impedir, la ejecución de la sentencia, a la vez que no paran de lanzar disparatadas propuestas sobre los posibles usos que se les podría dar al adefesio. Entre ellas destaca la aportada por Carlos Alonso, presidente del Cabildo de Tenerife, y Dámaso Arteaga, concejal de proyectos urbanos, infraestructuras y obras del ayuntamiento capitalino, quienes no tienen rubor en plantear que el mamotreto se destine a sostener un puente y la carretera elevada, a más altura que el castillo de San Andrés, para acceder a una rotonda al inicio de la playa.  Este mamotreto, que está construido sobre arena y sus cimientos socavados por varias  riadas, sería entonces sólo una parte de la nueva perversión ambiental que produciría un impacto visual aún más horroroso.

Numerosos actos  de protesta, concentraciones y manifestaciones populares, han demostrado la oposición vecinal a este desmán urbanístico. Dos acuerdos plenarios del Ayuntamiento y varias sentencias judiciales lo han ratificado. Pero los grupos de poder económico, que desde hace más de treinta años mueven los hilos de las marionetas municipales que desgobiernan Santa Cruz, no lo admiten, desoyendo incluso la reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la imposibilidad de modificar el planeamiento urbanístico para legalizar un construcción que es ilegal. A pesar de ello, el alcalde Bermúdez, obediente a las órdenes de esa oligarquía caciquil, manifiesta que utilizará todos los medios legales a su alcance para que ese “ilegal” monumento a la corrupción municipal siga donde está, aunque para legalizar el delito tenga que recurrir al fraude de reformar el recién aprobado Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, pues con él en la mano el inacabado edificio de aparcamientos no puede seguir donde está.

Los abajo firmantes estamos convencidos de que ha llegado la hora de establecer un contrato ético entre la ciudadanía y sus representantes que rompa la connivencia mafiosa entre política y dinero; donde las ciudadanas y ciudadanos tengamos voz sobre los asuntos que nos afectan y donde los gobernantes manden obedeciendo a la ciudadanía. Queremos una ciudad solidaria, donde los poderes públicos hagan frente a la pobreza, el desempleo y la exclusión social. Queremos una ciudad donde se impongan normas urbanísticas que impidan la especulación del suelo

Por todo ello, por salud democrática, exigimos el derribo total del mamotreto.

 

 Santa Cruz de Tenerife, 12 de enero de 2015