Algunas reflexiones en torno al “bilingüismo” de Clavijo (Josemi Martín)
En primer lugar, no sería mala idea abandonar la etiqueta de “bilingüismo” porque genera más problemas de los que resuelve. Aunque, etimológicamente, no remite sino a la presencia en cierto equilibrio de dos lenguas, la inmensa mayoría de la gente piensa en esas personas que, porque uno de sus padres hable comúnmente otra lengua o porque se haya criado en un país de lengua distinta, hablen a la “total perfección” dos lenguas: por ejemplo, una en casa y otra en el colegio. O en países como Cataluña, donde se hablan con normalidad dos lenguas, aunque con diferente distribución. Creo que por una cuestión de honestidad y rigor, convendría rebajar las expectativas y hablar más de mejora, refuerzo o, como hace el Plan, Impulso del Aprendizaje de Lenguas Extranjeras. Está claro que desde la educación privada se seguirá hablando irresponsablemente de “bilingüismo” y “enseñanza bilingüe”, pero eso no es otra cosa que marketing.