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viernes, 19 de abril de 2024 00:10h.

"La batalla de Acentejo: entre la historia y la leyenda" de Francisco Javier León Álvarez

la batalla de acentejo

Ediciones la gárgola despierta

Francisco Javier León Álvarez (director de la editorial)

http://edicioneslagargoladespierta.weebly.com

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PUBLICACIÓN DEL LIBRO LA BATALLA DE ACENTEJO: ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA, DE FRANCISCO JAVIER LEÓN ÁLVAREZ

  

   Ediciones la gárgola despierta vuelve a apostar fuerte por el libro La batalla de Acentejo: entre la historia y la leyenda, de Francisco Javier León Álvarez, que ya está disponible en el mercado tras agotarse su primer edición en 2008 y la posterior reimpresión en 2012.  

   Esta obra es la segunda de la colección Biblioteca de Estudios Históricos de la Comarca Acentejo, iniciada en 2007 con Santa Úrsula en el marco de la Segunda Guerra Mundial: la 11ª Batería Quinta Roja, y dedicada a estudiar diversos aspectos de la referida comarca.

   Se trata de un análisis del enfrentamiento bélico entre guanches y castellanos, inserto en la conquista de Tenerife durante 1494, dentro del proceso de conquista y colonización del archipiélago canario. El autor desgrana en sus más de quinientas páginas dos claves fundamentales: dónde y cuándo acaeció esa batalla, demostrando además que no quedó circunscrita al barranco de Acentejo en el sentido estrictamente geográfico, tal y como se ha venido aseverando sin lucidez ninguna, sino que probablemente fue en su cauce bajo y vinculada además a algún camino pastoril que lo atravesaba, y que no se puede concretar el día exacto de este acontecimiento por más que determinados historiadores la ubiquen preferentemente a finales del mes de mayo de 1494.

   De gran interés es el estudio comparativo de las anécdotas supuestamente acaecidas durante y después del enfrentamiento hasta el punto de aclarar que todas son inventadas, producto de la imaginación de escritores como Antonio de Viana, cuyo poema sobre la conquista de Tenerife (1604) contribuyó a ensalzar y potenciar toda una pléyade de falsos diálogos entre guanches y castellanos, constatar invocaciones religiosas centradas en la figura del arcángel San Miguel e incluso trazar el minucioso avance de los conquistadores isla adentro. A partir de aquí otros autores distorsionaron estas invenciones para incluir apariciones marianas, armas de fuego, armaduras de todo tipo y actos de salvajismo, que dieron pie una vez más a desvirtuar lo poco que realmente se sabe de la batalla.

   El problema fundamental ha sido separar lo que de real se contó de la batalla frente a lo fantasioso e inventado a través de un análisis comparativo, pero demostrando que tanto las cifras de hombres que por uno y otro bando se enfrentaron, la propia batalla, las escaramuzas y anécdotas presumiblemente asociadas a ella y otras circunstancias son totalmente desconocidas, y que los historiadores, siguiendo esas referencias de siglos anteriores que en la mayoría de ocasiones carecen de base sólida y la aportación de algún que otro documento con una breve referencia a ella, han elaborado diversas teorías que en líneas generales son muy cuestionadas.

   Francisco Javier León refleja muy bien la importancia que tuvo como argumento político dentro de la corriente regionalista que entre finales del siglo XIX y comienzos del XX promulgaba la unidad de la provincia de Canarias frente a la división de esta en dos provincias, justificada entre otras circunstancias en que Tenerife debía continuar siendo la capital al convertirse con esa batalla en el epicentro de la historia del Archipiélago, pues resistió heroicamente la embestida de la conquista castellana frente a la sumisión más rápida de Gran Canaria.

   Su contenido se complementa con un análisis historiográfico relativo a la mención a la batalla fuera de esas fuentes principales y cuál ha sido su proyección hasta la actualidad, abarcando multitud de textos (literatura de viaje, crónicas, etcétera), con especial atención a los trabajos de Juan Bethencourt Alfonso y Manuel de Ossuna y Van den Heede, este último como encargado de la comisión creada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife para dirimir dónde se produjo aquella. Mencionar también la visita que realizó el Instituto de Canarias en 1909 al barrio de San Antonio para colocar una placa conmemorativa del enfrentamiento, además de la celebración de la denominada «Fiesta de Barranco», de carácter nacionalista e independentista., cobrando fuerza esta última corriente política hasta monopolizarla con el fin de servir de excusa para reclamar la independencia de Canarias frente a la metrópoli de España.

   Por último, el trabajo se complementa con una serie de anexos entre los cuales destaca uno de carácter fotográfico con la reproducción de algunas de las armas que Bethencourt Alfonso encontró cerca del barranco de Acentejo y que se han asociado a la propia batalla, si bien esto no está del todo claro.