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miércoles, 24 de abril de 2024 10:18h.

Ka i ak, de José Manuel Espino Meilán Telde, 19 de marzo

KA I AK
KA I AK

José Manuel Espino Meilán

LA NOVELA: _KA I AK: UNA ISLA, UNA PIRAGUA Y UNAS BOTAS DE MONTAñA_ es una sincera invitación al descubrimiento de la cara oculta de la isla. Aquella que, bella e impresionante, a gran parte de la población nunca le coge de camino, pues vive en un mundo tan antropizado que necesita de la orientación y planeamiento espacial de su especie para sentirse cómoda y segura, relajada y satisfecha. No es casual el hecho de que los centros comerciales atraigan más personas en su tiempo de ocio que un paseo por el campo, una ruta en bicicleta o una vuelta por la montaña.

EL ESCENARIO donde transcurre la novela goza de un carisma especial para los amantes de ambos deportes: senderismo y piragüismo. Se trata del litoral grancanario. El periplo que inician los personajes, lleva a Albenes a circunvalar la isla y a Eva a encontrar la paz y sosiego que pretende, caminando. Espacios carismáticos son sus lugares de pernocta. La playa de San Cristóbal, la playa de Montaña Arena, las playas de Guguy, las cuevas fósiles de Punta de las Arenas o la desembocadura del barranco de El Río, son lugares de encuentro y de partida. Encuentro con personajes que dibujan nuevos trazos en sus vidas, diferentes, arriesgados tal vez, siempre optimistas. Partida porque siempre está presente el objetivo trazado, la finalidad del periplo que no es otro que continuar la senda, proseguir la navegación, reencontrarse.

La novela recupera _EL PODER DE LA DECISIóN, EL INCONFORMISMO COMO BANDERA Y EL ESFUERZO COMO VALOR_. Las necesidades materiales de Eva no van mucho más allá de unas botas y una mochila. En el caso de Albenes, una piragua y una pala. Tras la firmeza en la decisión, surge el camino.

¿Y las suyas? Si es de los que aún creen que la isla es algo más que una sucesión inacabable de hoteles y apartamentos. Si aún cree que hay espacios vírgenes donde la naturaleza se nos presenta salvaje y se puede escuchar el silencio, entonces, KA I AK, UNA ISLA, UNA PIRAGUA Y UNAS BOTAS DE MONTAñA, es su novela, o al menos, la disculpa perfecta para acompañarnos en una presentación que será una senda, un camino definido por espacios increíbles, una ruta navegable entre tortugas, mantas, tiburones y delfines.