Tindaya figura entre las ocho más destacadas montañas sagradas del mundo

Es sabido que el gobierno del genuflexo Clavijo mantiene las intenciones de su predecesor Paulino en jurar internamente la montaña de Tindaya. En 2013, el periódico ABC publicaba una lista de "Las ocho montañas más sagradas del mundo", a saber: Uluru, Australia; Tindaya, Canarias; Sorte, Venezuela; Kailash, India; Athos, Grecia; Ol Doinyo Lengai, Tanzania; Shasta, Estados Unidos; y Fuji Japón. Con una sola excepción, los países citados utilzan estas montañas como un potente atractivo turísticos. Con una excepción, digo, que es, claro, Canarias. Canarias lo que quiere hacer con su importante montaña sagrada de Tindaya es destrozarla internamente, poner en peligro su propia estructura, desvirtuar su carácter, con la estúpida idea de que esa historia, inventada por un creador no canario -lamentablemente fallecido, que no buscó ninguna montaña en su tierra para cometer el desaguisado. 

Decía Bernardo Sagastume, autor del reportaje en ABC en 2013:

En Fuerteventura, los antiguos majoreros adoraban a la montaña deTindaya, a la que ofrecían regalos como ofrenda y donde tallaban la roca sus grabados podomorfos, es decir, con forma de pie, y siempre mirando al poniente. Los 312 grabados de estas características hacen que sea uno de los sitios arqueológicos más ricos de todo el archipiélago canario. Los aborígenes entendían que poseía poderes mágicos, por su relación con la luna y la fertilidad de su suelo en una isla de carácter desértico. Su composición de traquita, un tipo de roca volcánica que sólo se encuentra en Tindaya pudo ser determinante para esa elección.

Esta unión de arte y naturaleza continúa hasta nuestros días y prueba de ello es que el escultor Eduardo Chillida soñara allí su idea de introducir el espacio en la materia. Su Proyecto Monumental Montaña de Tindaya entiende que puede ser un espacio interior que pudiera ofrecerse «a los hombres de todas las razas y colores, una gran escultura para la tolerancia».

Esto decía Sagastume, evidentemente equivocado. Porque el dichoso proyecto de Chillida destrozaría los numerosos grabados y pondría en peligro la propia estructura de la montaña y, como colmo de males, desvirtuaría el sentido sagrado de la Montaña.

Lo que necesita la m ontaña sagrada de Tindaya es que se promocione su existencia, que se acondicionen sus accesos y que se cree una instalación en una situación aledaña que explique su significado y las características de los grabados de la población prehispánica.

 

http://www.abc.es/viajar/top/20130504/abci-montanas-sagradas-mundo-201305031242_2.html