Y es que lo que está pasando parece sacado de la peor pesadilla. Intenten explicárselo a algun amigo extranjero y verán que no puede creérselo. Y, para mí, como para mucha gente, el mayor motivo de perplejidad es la absoluta pasividad con la que estamos aceptando brutalidades como estas. Se preguntan los de UGT si es que este gobierno nos considetsa gilipollas. Y, en verdad, no sé si Rajoy y su tropa nos considera así, que seguramente sí. Pero de lo que no hay duda es de que nos estamos comportando como auténticos pollabobas.