En España, 820.000 niños y niñas viven en situación de carencia material severa - CTXT

 

Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, señala esta información. Y yo, Chema Tante, agrego que hay que recordar que Canarias ocupa tristemente el peor lugar del estado español en ese lamentable registro de la pobreza infantil

 

En España, 820.000 niños y niñas viven en situación de carencia material severa

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El imaginario colectivo tiende a pensar la pobreza como una situación extrema en la cual las personas que la sufren viven con ropa rasgada pidiendo en la calle, una imagen engañosa. No ver esto de forma habitual en nuestro entorno cercano hace que haya quienes, pese a los datos oficiales, duden de la existencia de la pobreza en nuestro país. Según el último informe de Save the Children ‘Ser pobre en España. El retrato de 1.000 familias’, más de 820.000 niños, niñas y adolescentes viven en situación de carencia material severa. Hablamos de menores que vemos a diario que no pueden permitirse actividades extraescolares, con una limitación en el acceso a material escolar, a ropa o que ni siquiera tienen asegurada una comida diaria completa.

En este caso, la investigación se ha basado en un análisis de las condiciones habitacionales de 1.170 familias en riesgo de pobreza o de exclusión social de Andalucía, Castilla La Mancha, Catalunya, Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana y Euskadi. En estas familias viven un total de 2.440 menores, y se caracterizan principalmente por tener adultos con un bajo nivel de estudios y subempleo, ya sea por su aspecto temporal o por ser a tiempo parcial. Casi la mitad de estos hogares apenas ingresan 1.000 euros al mes, lo que conlleva que el 51% de los menores estudiados sufran privación de medios digitales y que uno de cada diez no pueda acceder al comedor escolar. Conceptos que en un principio no parecen ser esenciales, pero que en muchas ocasiones implican una privación del derecho a una educación plena y la limitación de muchos alimentos esenciales, como verduras o frutas. Hablamos de dietas deficientes que han provocado un exceso de peso en casi la mitad de los niños de entre 6 y 9 años del estudio: un 17% sufre sobrepeso y un 31% obesidad.

Aunque la mayoría de las familias del estudio son biparentales (51,7%), en una proporción muy alta sólo hay una persona adulta a cargo (39,5%). Una sobrerrepresentación de los hogares monomarentales que puede deberse a que, también, están sobrerrepresentados en los rangos de pobreza severa (24,1%, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2023). Y que deja un sesgo de género evidente, cuatro de cada diez familias entrevistadas sólo están al cuidado de la madre.

El 95,5% de los menores que viven en estas familias se encuentra en situación de pobreza monetaria, lo que implica unos ingresos familiares por debajo del 60% de la mediana de ingresos nacional (1.401,1 euros). La pobreza infantil extrema es más frecuente cuando ambos progenitores están desempleados (38%), en las familias con más de dos adultos (36%) y monomarentales (28%), así como las que tienen más de tres hijos (29%). En el caso territorial, la pobreza extrema infantil es más frecuente entre las familias residentes en Andalucía (29%).

A la inestabilidad laboral cabe añadir la habitacional. El 71% de los encuestados residen en viviendas alquiladas y tan solo un 17% son propietarios. A esto se suma que muchos de estos hogares son infraviviendas afectadas por humedades o goteras, exceso de ruidos o escasez de luz natural (34%), o que nunca o casi nunca mantienen una temperatura adecuada (58%). Situación que lamentablemente aún puede ser peor: el 11,5% de los niños de las familias encuestadas ha sido desahuciado al menos una vez de su hogar. La realidad para las familias en pobreza extrema (13%) y monomarentales (17%) es incluso más dramática.

Estas limitaciones económicas tienen una implicación directa en los estudios de los hijos. Tan solo el 54% de estos niños y niñas están matriculados en la escuela infantil (0-3 años), un problema directamente relacionado con la falta de oferta pública. Sin embargo, en el caso de las familias en las que la madre trabaja (68%), monoparentales (69%) o residentes en Andalucía (70%) este porcentaje aumenta considerablemente. Mientras que en el caso de los hogares extensos (26%), que conviven con abuelos o tíos, o de la Comunidad de Madrid (45%), se reduce. Este problema parece desaparecer a partir de los tres años, momento en el que la tasa de matriculación asciende hasta el 99%.

Un problema que en principio podría haber sido solucionado con la entrada en vigor del Ingreso Mínimo Vital en 2020. Sin embargo, únicamente el 21% de las familias encuestadas percibían esta ayuda en el momento de la realización del estudio, pese a que el 46% la habían solicitado. Según Save the Children, una de cada tres familias que podrían solicitar el IMV no lo han hecho. Este fenómeno se debe a una autopercepción socioeconómica por la cual no se tiene derecho a la prestación, y afecta en mayor medida a las familias en situación de pobreza extrema (45%), con más de dos adultos (54%) y a las residentes en Catalunya (39%). Además, las familias en situación de pobreza extrema se encuentran con barreras específicas a la hora de realizar la solicitud. Tanto la farragosa burocracia o las dificultades con el empadronamiento, como la existencia de una brecha digital, y en ocasiones de idiomas, limitan significativamente su acceso. Sólo el 30% de estas familias que han solicitado el IMV lo han recibido.

 

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* Gracias a CTXT y a la colaboración de Antonio Aguado

https://ctxt.es/es/20231201/Firmas/45069/Observatorio-Social-la-Caixa-pobreza-carencia-material-infancia-monomarental.htm#md=modulo-portada-bloque:4col-t2;mm=mobile-medium