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jueves, 25 de abril de 2024 00:00h.

Eurodämmerung: el crepúsculo del euro - por Paul Krugman



Paul Krugman dedica su artículo semanal a explicar las vicisitudes económicas europeas, basándose en la historia de las Comunidades, primero y de la Unió, después. Paul hace alguna comparación con USA y no desdeña citar a Friedman, "nada menos". Les paso un comentario de Rafa Dorta y algo más que tengo que decir de este largo pero imprescindible texto.

Dice Rafa Dorta:

"Después de leer este minucioso análisis de la historia del euro y de como hemos llegado hasta la actual situación, me quedo con lo siguiente:

1.-Estamos en manos del BCE, es decir, del lobby bancario controlado por Alemania, que es quien tiene la primera y última palabra en cuanto a las decisiones a tomar respecto a algún tipo de intervención similar a la de la Reserva Federal en EEUU, inyectando liquidez en la economía, aún a riesgo de padecer un proceso de inflación.

2.-Como dice Krugman, se parte de un diagnóstico equivocado y como consecuencia tenemos unas medidas erróneas que insisten en la penitencia necesaria tras los excesos cometidos por los países gipsi ( Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia ), curiosamente gipsy significa gitano en inglés, y no parece que se vayan a apartar de ésta ortodoxia moralizante por mucho que destruya las esperanzas de nuestras sociedades llevándonos a un suicidio autoinducido.

3.- No quiero ni imaginar lo que nos espera en Canarias, si continuamos bajo las directrices de una Europa más cerca de estallar o de partirse en varios pedazos, que de llegar a un consenso que nos haga vislumbrar alguna posibilidad de recuperación.

4.- Por último, me hago una y otra vez las mismas preguntas: ¿ A quién beneficia todo esto? ¿ Quién o quienes se están enriqueciendo a costa de todo este proceso que siguen llamando crisis ? ¿ Por qué ha aumentado considerablemente la venta de vehículos de alta gama en esta España abonada al paro y a la recesión ? ¿ Qué futuro nos espera?"


Y yo añado que la clave del follón está en la génesis de las Comunidades Europeas y la Unión, a la que alude Krugman: Después de la monumental brutalidad colectiva de la segunda guerra, que no fue más que la culminación de varios siglos de enfrentamientos sangrientos, Europa decidió que había que parar con tanta estupidez. Y, como sabían que la causa de las peleas era la disputa de los materiales estratégicos, decidieron ponerlos en común, empezando por el carbón y el acero. Los entendimientos fueron tan bien que la cosa siguió. Pero, además, el ahorro de no pelearse proporcionaba excedentes financieros que podían dedicarse a atender a la gente. La mentalidad social, a su vez, se debía a dos razones, ambas alejadas de la bondad que se le supone. Por un lado, el sentimiento de culpa de las fuerzas políticas y económicas (sobre todo, las económicas, principales responsables de los líos) por tantos sufrimientos padecidos históricamente; y, por el otro, el fundamental: la presencia en el este de una potencia que amenazaba con exportar la revolución. Hacía falta que las masas estuvieran tranquilas. Y no hay nada que tranquilice más que los buenos alimentos y el bienestar. Y así nos fue de bien. Bueno, a algunos países nos fue bien un poquito, porque agarramos solamente el final. Porque la potencia revolucionaria demostró que quien tenía los pies de barro era ella, y no USA, como decían los chinos.

Y se acabó la fiesta. Desaparecidos los soviets y amortiguados por el olvido los escrúpulos, los ricos empezaron a preguntarse que porqué tenían  que compartir con la chusma los beneficios de la actividad económica. Y aprovecharon una de las crisis recurrentes del capitalismo, que no tenía razón para prolongarse más de lo normal, para montar el tremendo huracán que han montado. Para eso, les bastó con animar a los estados y a las familias a tomar prestado por encima de lo razonable, (y sobre garantías sobrevaloradas a propósito) para después engordar artificalmente las deudas, por la vía de empujar para arriba los tipos de interés. A eso se añade la ruleta especulativa de los mercados y la increíble estupidez de crear una moneda única sin dotarla de los mecanismos básicos de funcionamiento, y la catástrofe está servida. 

De esta forma, hemos llegado a la situación actual; con la excusa de la pretendida crisis, los ricos han conseguido introducir unas condiciones de trabajo que ponen a las masas laborales de los paises gipsi, literalmente a merced de sus empleadores, despojando a trabajadores y trabajadoras de todos sus derechos. Insisto que con la excusa criminal de que con eso se solucionaba la crisis, aunque los ricos sabían que no era tal. Y ahora sí. Ahora ya nos están diciendo que van a tomar medidas expansivas, las que de verdad sacan a los países del marasmo. 

Pero, como ya han conseguido lo que querían, la dominación de las plantillas, las empresas vana a llevarse el fruto principal de la actividad económica. Y los pobres, a trabajar hasta reventar; y a morirse acto seguido, sin jubilaciones ni demás frivolidades.

Y terminaré con un comentario a Paul Krugman: puede que sea cierto que la poca competitividad de las empresas españolas se deba a los altos salarios. Pero es solamente una parte de la cuestión. Porque el principal componente de esa escasa competitividad se debe a los escandolosos beneficios empresariales y a la muy extendida falta de capacidad de las direcciones de las empresas. No es que las trabajadoras y los trabajadores cobren demasiado: es que los mandan mal. 

http://economia.elpais.com/economia/2012/04/27/actualidad/1335547220_456230.html