No es suficiente el caso de Grecia para olvidarnos de la austeridad (Ernesto Ruiz Ureta)
No puede estar más claro el desastre griego y la inoportunidad de las medidas tomadas por la troika. ¿A quién han mejorado los casi 350.000 millones de euros de los planes de rescate al estilo neoliberal? Sólo para que la autoridad del gobierno griego haya quedado totalmente anulada y desprestigiada. No solamente por el derrumbe democrático en la cuna de la democracia: el fraude de Tsipras después del apoyo mayoritario de la población a su posición frente a la troika en las elecciones del 2015, fue un mazazo a la democracia. Sino también por una realidad diaria palpable: “En Grecia el Gobierno no recibe a la Troika; la comisión negociadora de los acreedores se instala en el Hilton y son los ministros griegos de Economía o Finanzas los que desplazan allí.[2]” Saramago decía que se podía debatir todo menos la democracia, en Grecia, sin embargo, la primera medida ha sido suprimir el poder del pueblo.