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jueves, 02 de mayo de 2024 17:49h.

El ‘1001’ de Comisiones Obreras - por Rafael Álvarez Gil

 

FR R A G
Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, recomienda este artículo

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El ‘1001’ de Comisiones Obreras

Rafael Álvarez Gil

TELDE ACTUALIDAD

Este 20 de diciembre fue el 50 aniversario del atentado de ETA contra el almirante Luis Carrero Blanco que destartaló los cimientos, cada vez más débiles, de la dictadura. Sin él ya no había posibilidad de franquismo sin Franco. Pero también hicieron 50 años del inicio del juicio del ‘Proceso 1001’ contra Comisiones Obreras. El revuelo que por la mañana se encontraron en la vista Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Miguel Ángel Zamora Antón, Pedro Santiesteban, Eduardo Saborido, Francisco García Salve (cura obrero), Luis Fernández, Francisco Acosta​, Juan Muñiz Zapico y Fernando Soto Martín, les hacía presagiar que algún suceso de gravedad había ocurrido en Madrid. No se habían enterado al estar presos, pero notaban el raro ambiente al llegar al Tribunal de Orden Público (lo que con el tiempo democrático se transformaría en Audiencia Nacional). Pero la sentencia contra la dirección del sindicato de clase ya estaba escrita de antemano. Había que dar ejemplo, pensaba el franquismo. Y el atentado contra el almirante tan solo acentuó la represión judicial de un régimen que jamás pensó que ETA podía actuar en la capital.

No se puede entender la creación de Comisiones Obreras sin el desarrollismo económico incipiente que hizo que la dictadura abriera pequeños espacios de participación dentro de la fábrica, de la empresa. Y esas rendijas fueron aprovechadas. La misión era utilizar esa ventana de oportunidad (el sindicato vertical del franquismo no servía para nada) en aras de ir desde dentro carcomiendo la dictadura. Solo por aquello se puede entender hoy la doble participación (vías paralelas) del actual modelo de representación: los elegidos por los trabajadores (inercia de Comisiones Obreras) y los de los sindicatos (herencia de UGT). Esto es, llegada la democracia se apostó por mantener la dualidad, es la singularidad de nuestro tejido laboral.

Ese desarrollismo económico del tardofranquismo, el segundo franquismo, propició unas mejoras materiales que no iban acompañadas de las libertades políticas. Era la España del Seat 600 y el turismo de sol y playa, del bikini, que introdujo (sin pretenderlo la dictadura) un cambio sociológico creciente e imparable. Sin aquel contexto histórico no se puede entender la propagación del sindicato. Es verdad que las huelgas en Asturias en 1962, donde a las mujeres de los mineros se les rapó la cabeza, y otros conflictos laborales (pensemos en Canarias en los sucesos de Sardina del Norte de 1968) son el acicate de Comisiones Obreras. Pero el tablero político, aún con el régimen dictatorial, era el que era.

Quisieron laminar a Comisiones Obreras con el ‘Proceso 1001’. Sin dirección mascullaban que acabarían con toda la acción sindical. Por eso la detención de la cúpula en el convento de los Oblatos de Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde se iba a celebrar la reunión de dirigentes de diferentes territorios. Golpeando judicialmente a Comisiones Obreras, anulando la libertad sindical, creían que pararían las legítimas reivindicaciones. No fue así. En el presente Comisiones Obreras es el mayor sindicato en el Estado.

* Gracias a Rafael Álvarez Gil y TELDE ACTUALIDAD y a la colaboración de Antonio Aguado

https://teldeactualidad.com/art/158084/el-1001-de-comisiones-obreras

 

RAFAEL ÁLVAREZ GIL
RAFAEL ÁLVAREZ GIL
TELDE ACTUALIDAD La casa de mi tía republica por el alto interés del contenido, bajo las Normas de Uso Justo de la UE
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