Los 950 euros del salario mínimo y el "cuarto estado" - por Gerardo Rodríguez
Los 950 euros del salario mínimo y el "cuarto estado" - por Gerardo Rodríguez, miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC *
El aumento a 950 euros del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha generado una considerable polémica auspiciada por los augurios catastrofistas que algunos predicen para la marcha de la economía. A lo largo de la historia del movimiento obrero y de los trabajadores en general, cada conquista supuso siempre un conjunto de predicciones apocalípticas que la realidad acabó por desmentir con el paso del tiempo (la jornada laboral de 8 horas, la seguridad social universal, la gratuidad de la educación, el sufragio universal, el voto secreto, el derecho a un periodo vacacional, la abolición del trabajo infantil, etc.).
Las conquistas de los trabajadores, como la reciente del SMI, me traen el recuerdo de “El Cuarto Estado” (1901) de Giuseppe Pelliza da Volpedo, la obra de arte más estética, consistente y simbólica de las que representan las luchas sociales vindicativas. Es así, entre otras cosas, porque lo que observamos al contemplarlo es un grupo de obreros en movimiento que camina hacia nosotros, que avanzan erguidos con paso firme mirando al frente y sin miedo, emancipados de un pasado donde solo contaban como fuerza de trabajo. Avanzan hacia la luz desde los tormentos, hacia la esperanza desde la postración, hacia una nueva identidad, investidos de nueva dignidad.
Pintados a tamaño natural, los trabajadores caminan hombro con hombro, mujeres con hombres, niños con jóvenes y jóvenes con viejos. La colectividad es más importante que las individualidades, aunque tres figuras destaquen en primer plano, es más importante el coro que el drama al que nos acostumbran los héroes solitarios luchando contra las adversidades. La resistencia, las conquistas laborales, las mejoras de la calidad de vida de quienes realmente generan riqueza, son corales, nos dice el pintor, y surgen del devenir histórico de una realidad cambiante y de saber situar la razón al servicio de la voluntad y de la coyuntura histórica.
Cuando se pintó “El Cuarto Estado” en 1901, se iniciaba también la larga marcha de los trabajadores por el reconocimiento de sus derechos y su cumplimiento efectivo, una tarea tan colosal como las dimensiones del propio cuadro e igualmente jalonada de vicisitudes. Recordemos que al
“El Cuarto Estado” es el cielo de los trabajadores, que caminan como si fueran dueños de su destino, aunque ya sabemos que todavía en 2020 no lo son y se les discute un salario mínimo de 950 euros que merecen con creces, como en otros tiempos otras conquistas que se decían “imposibles”. Creo que hoy se puede decir que los trabajadores han mejorado sus condiciones mucho, algo o poco, según qué, cuándo y dónde se mire, pero en modo alguno aquellos sueños de transformación
Giuseppe Pelliza da Volpedo se suicidó a los 38 años, antes le dio tiempo para empujar la autoestima de los estigmatizados, aquellos a los que elevó su estatus con su arte y que hoy deberían rendirle justicia histórica y honrar su memoria. Platón decía que conocer es recordar y eso es lo que pretendo al calor de esta medida justa sobre el salario mínimo a percibir por los trabajadores.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Gerardo Rodríguez