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jueves, 25 de abril de 2024 06:27h.

A don Juan Negrín, el científico y el político - por Eligio Hernández y Antonio Aguado


"El principal mérito de Negrín no fue la realización de su obra científica personal de relieve internacional, sino el haber creado y dado impulso a una escuela de fisiólogos que difundió el prestigio de la investigación experimental en el mundo,.."

A don Juan Negrín, el científico y el político - por Eligio Hernández y Antonio Aguado, vicepresidente y secretario de la Fundación Juan Negrín

El principal mérito de Negrín no fue la realización de su obra científica personal de relieve internacional, sino el haber creado y dado impulso a una escuela de fisiólogos que difundió el prestigio de la investigación experimental en el mundo, entre los que cabe destacar al que fuera auxiliar de su cátedra, Severo Ochoa, más tarde Premio Nóbel; Blás Cabrera Sánchez, hijo del otro gran científico canario, el físico Blas Cabrera Felipe; José Puche Alvarez, Corral, García Valdecasas, el herreño Pedro de la Barreda, el grancanario José Domingo Hernández Guerra, uno de sus principales colaboradores, que en 1926 ganó la cátedra de Fisiología de Salamanca; el granadino Ramón Pérez-Cirera, Rafael Méndez Martínez, entre otros muchos discípulos, que se convirtieron, bajo el magisterio de Negrín, en primeras figuras de la investigación fisiológica, farmacológica y bioquímica mundial de nuestro siglo.

Además de su obra científica, Negrín realizó una encomiable labor como precursor de la modernización y europeización de España. En 1923 fué nombrado Secretario de la Facultad de Medicina de Madrid, y en 1927 Secretario de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid, cargo que desempeñó con singular esmero durante cinco años, sin retribución alguna, de tal manera que puede ser considerado el gran artífice de la creación de la actual Universidad Complutense.Fundó la editorial España con Álvarez del Vayo y Araquistain en 1927, que publico con gran éxito editorial novelas, y libros científicos.

Don Juan Negrín ha sido el único canario que ha ostentado la Jefatura del Gobierno de la Nación, en momentos dramáticos de la vida nacional. Fue elegido diputado por Madrid y Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente, en las tres Cortes de la II República, y designado representante de España en la Oficina Internacional del Trabajo en Ginebra y en la Unión Interparlamentaria Europea, de sede variable, cargos todos en lo que destacó por su gran talla intelectual, política y humana, por lo que, como afirmaba el editorial del New York Times del 15 de noviembre de 1956, con motivo de su fallecimiento, "Jamás Juan Negrín tendrá que temer el juicio de la historia".

Negrín asume la presidencia del Gobierno la noche del 17 de mayo de 1937, por decisión personal del presidente de la República don Manuel Azaña, que en sus Memorias, explica dicho nombramiento: "Me decidí a encargar del Gobierno a Negrín. El público esperaría que fuese Prieto, pero éste estaba mejor al frente de los Ministerios Militares reunidos, para los que, fuera de él, no había candidato posible. Y en la presidencia, los altibajos de humor de Prieto, sus "repentes", podían ser un inconveniente. Me parecía más útil, teniendo Prieto una función que llenar, importantísima, adecuada a su talento y a su personalidad política, aprovechar en la Presidencia la tranquila energía de Negrín".

Juan Marichal ha dicho que "debemos marcar la fecha del 17 de mayo de 1937, como el comienzo histórico del hombre de Estado que fue Juan Negrín: la segunda revelación de una capacidad insospechada para el Gobierno, tras la primera de Manuel Azaña en 1931".

Por si hubiera alguna sobre la conducta de don Juan Negrín como presidente del Gobierno y Ministro de la Defensa Nacional, basta para despejarla, el testimonio imparcial y sincero del prestigioso General Rojo, Jefe del E.M. del Ejercito de la República, en una carta dirigida a don Juan Negrín Jr. el 25 de noviembre de 1056, con motivo del fallecimiento de su padre: "?quiero por ello sumarme a con mi duelo al de ustedes como uno más de los amigos sinceros y leales que compartieron con él las vicisitudes de una lucha tan digna y ejemplarmente dirigida por un español patriota y consciente de su responsabilidad..."

Jerónimo Bujeda, abogado del Estado, subsecretario de Hacienda cuando don Juan fue Ministro del ramo, considera "un gran privilegio el haber conocido íntimamente a uno de los más grandes hombre de España, en nuestro siglo. La perspectiva de los años dibujará el perfil gigantesco de quien supo responder, en la forma más noble y con la máxima lealtad, a sus propias convicciones en uno de los momentos más dramáticos de este tiempo".

En momentos dramáticos de la vida nacional fue precursor de la reconciliación de los españoles al proclamar en el Punto 13, de la Declaración de Principios de 1º de mayo de 1938: "una amplia amnistía para todos los españoles que quieran cooperar en la inmensa labor de reconstrucción y engrandecimiento de España. Después de una lucha cruenta como la que ensangrienta nuestra tierra, en las que han surgido las viejas virtudes del heroísmo, cometerá un delito de alta traición a los destinos de nuestra patria aquél que no reprima y ahogue toda idea de venganza y represalia, en aras de una acción común de sacrificios y trabajos que por el porvenir de España estamos obligados a realizar todos sus hijos".

Con ocasión de su salida precipitada de Francia por el puerto de Burdeos en un barco griego, que ya empezaba a ser bombardeado por los nazis, aprovechando las pocas horas que quedaban para zarpar, se trasladó rápidamente a Pyla-sur Mer (Gironde), a sesenta kilómetros de Burdeos, con evidente riesgo de su vida, en busca de Azaña y Largo Caballero para invitarles a abandonar en dicho barco la Francia ocupada por los nazis.

En el 56 aniversario de su fallecimiento en París el 12 de noviembre de 1956 podemos afirmar que se ha restablecido la justicia histórica sobre el español y canario más europeo de su tiempo.

Como sentenció, certeramente, el ministro socialista francés Jules Moch, amigo de Negrín: "éste encarnó el orgullo y el coraje de un pueblo que no sucumbió más que al abandono de sus amigos".


También en:

http://www.laopinion.es/opinion/2012/11/12/don-juan-negrin-cientifico-politico/445057.html