Agustín Millares Sall, el centenario de un poeta comprometido - por Ana Beltrán
Agustín Millares Sall, el centenario de un poeta comprometido - por Ana Beltrán *
Quizá no se entienda lo que voy a decir, pero lo cierto es que ese libro desapareció de la estantería (en realidad, conociendo mi celo con respecto a los libros soy yo la que no lo entiendo). Es posible que lo prestara, era lo habitual en aquella época, y más en un pueblo donde no había librerías; yo misma leí muchos libros gracias a la generosidad de algunas personas.
Pero volvamos a don Agustín. De él sé que fue un hombre de ética aplastante, poeta de lo social, que por mor de la guerra no pudo estudiar Filosofía y Letras en Madrid, como tenía pensado, por lo que fue prácticamente autodidacta. El Premio Canarias de Literatura se lo
Fue en el año 2002, trece años después de su muerte, cuando acabé completamente enamorada de la obra poética del insigne grancanario. Y de su voz, potente y segura, que tuve la suerte de escuchar grabada en una cassette hasta que ésta dijo basta, pero que aún resuena en mis oídos: Yo poeta declaro que escribir poesía/ es decir el estado verdadero del hombre/ es cantar la verdad es llamar por su nombre/ al demonio que ejerce la maldad noche y día.
La cassette y el poemario La palabra o la vida, que nació el mismo año de la muerte del poeta, fueron regalos de su viuda, Magdalena Cantero, a la que conocí a través de una amiga común. Confieso que enseguida sentí un gran afecto por ella. Los pocos ratos que departí con Magdalena fueron suficientes para comprobar cuánto amaba aún a su marido, a su memoria... Pero no sólo, también, y mucho, su poesía.
Magdalena Cantero
Millares con Alberti
* En La casa de mi tía por gentileza de Ana Beltrán