Ahora todos les niegan como San Pedro - por Paco Vega
En las últimas elecciones generales los ciudadanos votaron al PP por una aplastante mayoría, los votantes confiaron en sus promesas en una desesperada huida hacia adelante ante una agobiante situación de crisis económica y un generalizado descontrol del gasto público.Ahora todos les niegan como San Pedro - por Paco Vega
En las últimas elecciones generales los ciudadanos votaron al PP por una aplastante mayoría, los votantes confiaron en sus promesas en una desesperada huida hacia adelante ante una agobiante situación de crisis económica y un generalizado descontrol del gasto público.
Después de seis meses de gobierno y de tantas y tantas promesas incumplidas tenemos que, ahora en las conversaciones diarias entre vecinos, en el bar, en cualquier esquina y en tertulias improvisadas todos les niegan. Yo no les voté -dicen todos-, y les niegan como San Pedro hizo con Jesús cuando los Judíos le prendieron para crucificarle. Ahora todos se arrepienten y reniegan del partido gobernante. Les niegan no tres sino mil veces, comprobando como han sido víctimas de una descarada tomadura de pelo, nadie quiere ser cómplice de este descalabro social, del gran timo, del desmantelamiento de los servicios públicos y del estado del bienestar, de toneladas de mentiras y promesas incumplidas que ahora salen a la luz y que siempre pagamos los mismos, “los de abajo”. Y mientras tanto amnistía fiscal para los de siempre, los estafadores y defraudadores. Para los que tenemos una nómina nos aprietan hasta la extenuación. Los que ni siquiera la tienen y que confiaron en tenerla de manos de los que ahora nos gobiernan la decepción es aún mayor y por tanto la negación. Todo lo que preveíamos que iba a pasar ha pasado, al abaratar el despido muchos empresarios han aprovechado para hacer majo y limpio y “soltar lastre” despidiendo a miles de trabajadores que sin esta reforma no se hubiesen atrevido. Subida del IVA, del IGIC y del paro, copago farmacéutico y dejar fuera de financiación más de 450 medicamentos que ahora tendremos que pagar íntegramente son sólo algunos ejemplos de este deambular de un gobierno que va como pollo sin cabeza, negando hoy lo que al día siguiente realizan sin el menor pudor.
¿Dónde quedó aquello de “LLAMAR AL PAN PAN Y AL VINO VINO”? Ahora resulta que el pan es un triste chusco mohoso, duro como una piedra, y el vino es de cartón y está avinagrado.
Y mientras tanto, algunos de los suyos y los que no son suyos, son capaces de humillarse hasta lo grotesco ante un millonario americano que quiere montar no se sabe bien qué casino o ciudad del juego y la perversión, prometiendo no sé cuantos miles de puestos de trabajo a cambio de exonerarles del cumplimiento de determinadas leyes españolas, además de exenciones fiscales de todo tipo. La historia se repite, o la ficción transformada en realidad, recordando la famosa película de Berlanga “Bienvenido Mister Marsall” (1953). ¡Que vergüenza de país!
Si, ahora les negamos, pero antes les votamos, y de esos polvos vienen estos lodos, aunque sigan diciendo que la culpa la tienen los otros... No seré yo quien exculpe al gobierno anterior de sus errores, que los tuvieron y muchos, pero ¿no les votamos para arreglar el país porque éllos sabían lo que había que hacer?...
Y no creo que hacer la vista gorda con banqueros y defraudadores mientras se atornilla a las clases menos favorecidas sea practicar aquello de ¡HACER LO QUE DIOS MANDA!, como acostumbraba decir el presidente Rajoy.
Y por terminar con el mismo tono evangélico que da título al presente, sólo se me ocurre decir ¡QUE DIOS NOS COJA CONFESADOS!...
Paco Vega.-
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