recordando las cosas, las costumbres y tradiciones, la música, la literatura y la historia de La Palma

Alonso Pérez Díaz, palmero republicano. Manuela Hernádez, poetisa palmera. Una lectura en la Residencia de Pensionistas de La Palma - por Ajó Tedote

 

Alonso Pérez Díaz, palmero republicano. Una lectura en la Residencia de Pensionistas de La Palma - por Ajó Tedote

Las personas mayores, después de nueve meses de encierro a cal y canto, seguimos con vida y coleando. Y leyendo. Aquí, en la Residencia de Mayores de Santa Cruz de La Palma, estamos terminando la primera fase (esperamos que, con la vacuna, nos llegue la segunda fase) del "Proyecto de lectura creativa y emocional RECORDIS" del Centro SEROJA, patrocinado por el Cabildo de La Palma y que ha monitoreado con cabeza y corazón un tipo creativo y emocional pero también pragmático, que se llama Pablo Díaz Cobiella.

Hemos estado varios meses, un par de días a la semana, leyendo y escribiendo, pero sobre todo, sintiendo y comunicando nuestros sentimientos, manteniendo en alto el espíritu y la esperanza. Y recordando las cosas, las costumbres y tradiciones, la música, la literatura y la historia de La Palma.

Por ejemplo, hoy mismo, penúltimo día de esta primera fase del taller, hemos tenido dos lecturas estupendas. Una a cargo de Delia Martín Hernández , que nos declamó unos poemas de su madre, la llorada poetisa palmera Manuela Hernández. Y después Rubén García Reyes nos leyó una nota recordando a otro palmero insigne, Alonso Pérez Díaz.

Alonso Pérez Díaz fue una de aquellas personas, hombres y mujeres, que, perteneciendo a las clases llamadas altas, que teniendo estudios y formación que les convertía en intelectuales, supieron comprender que su deber era enfrentarse al poder caciquil y, por tanto apoyaron la causa popular y se pusieron al servicio de la República. 

Pérez Díaz, como nos recordaba Rubén, era de Mazo, villa palmera donde nació en 1876 y, al final de sus estudios universitarios, de filosofía y letras y derecho, en Madrid, participa en la creación de la Unión Escolar y, después, se integra el el Partido Republicano Palmero, siendo diputado en dos legislaturas. A pesar de que en 1936 ya no era diputado, la represión franquista lo detuvo y murió de enfermedad y abandono, en una cárcel de Gran Canaria.

Y así seguimos vivas las personas mayores en esta Residencia, esperando el día en que podamos volver a salir al mundo. Porque ya son muchos meses de encierro.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Ajó Tedote